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Gonzalo Caballero: «Asumir mi muerte fue algo muy duro»

escrito por Álvaro Solano 07/11/2019

En la mañana del día de ayer recibió el alta hospitalaria Gonzalo Caballero tras pasar casi tres semanas ingresado a consecuencia del gravísimo percance que sufrió el percance que sufrió el 12 de octubre en Las Ventas. Antes de abandonar el centro hospitalario, el madrileño ofreció una rueda de prensa junto a los doctores que obraron el milagro: los doctores: Máximo García Padrós,  Claudio Gandarias y  Marisa de Teresa. Les acompañó también Miguel Abellán, director del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid y amigo íntimo de Caballero.

Hubo que esperar al final de la rueda de prensa para que el torero madrileño tomase la palabra, para que cerrase una primera parte de ese nuevo ciclo de su vida, o para que abriese un nuevo capítulo de su vida tras vencer a la muerte en primera instancia. Consciente de que por los chorros de una femoral partida se le escapaba la vida, tomó la palabra el espada: «Mi sensación es de plena gratitud. En primer lugar doy gracias a Dios y a la Virgen de poder estar aquí. Me siento muy orgulloso de la mesa en la que me encuentro. Al doctor don Máximo García Padrós le brindé el toro por la admiración que le tengo, por las veces que me ha curado, pero no sabía que en el toro que le brindé me iba a salvar la vida. Me desperté dos días después de la cogida y todas las mañanas le doy las gracias a Dios por haber aparecido en mi vida» añadió dirigiéndose al Dr. Gandarias: «Es usted admirable. Cada paso que dé será gracias a usted» y por último agradeció el magnífico trato humano y profesional a la directora del Área de Cuidad Intensivos Marisa de Teresa: «En la UCI me dabais casi diez patillas al día y había una cosa, tu sonrisa, que valía más que cualquier medicina. Cuando estaba amarillo e hinchado, más para allá que para acá, eso me ayudó mucho».
Tomó aire Gonzalo antes de relatar los momentos posteriores a la cornada, la emoción afloraba en el gesto del torero que veía a su madre en el fondo de la sala, una madre de la que se acordó cuando notaba que se le escapaba la vida: «En el transcurso en el que me llevaban a la enfermería… asumir mi muerte fue algo muy duro. Cuando llegué a la camilla apenas podía respirar y noté un grifo de sangre caliente en mi mano. Le pedí al doctor que le dijese a mi madre que la quería» Tras una nueva pausa retomó la palabra para narrar lo vivido cuando despertó el 15 de Octubre en la UCI: «El día 15 de octubre me puse a llorar porque sentí que había perdido. Me sentía derrotado por aquel toro de Valdefresno. Pensé en abandonarlo todo. Las personas de mi entorno comenzaron a animarme. Ahí me di cuenta de que la vida se trata de caer y levantarse, de aprender, empecé a soñar con la tarde de mi reaparición. Me di cuenta de la maravillosa profesión que tengo. Sentí que había dignificado el toreo». Cerró su intervención con una frase cargada de vida, de sueño, de ganas de vivir, de vencer a la muerte… en definitiva de vivir, porque la vida es algo grande: «Gracias a la vida por darme una segunda oportunidad, seguro que me espera algo maravilloso».
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