En la mañana del dÃa de ayer recibió el alta hospitalaria Gonzalo Caballero tras pasar casi tres semanas ingresado a consecuencia del gravÃsimo percance que sufrió el percance que sufrió el 12 de octubre en Las Ventas. Antes de abandonar el centro hospitalario, el madrileño ofreció una rueda de prensa junto a los doctores que obraron el milagro: los doctores: Máximo GarcÃa Padrós, Claudio Gandarias y Marisa de Teresa. Les acompañó también Miguel Abellán, director del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid y amigo Ãntimo de Caballero.
Hubo que esperar al final de la rueda de prensa para que el torero madrileño tomase la palabra, para que cerrase una primera parte de ese nuevo ciclo de su vida, o para que abriese un nuevo capÃtulo de su vida tras vencer a la muerte en primera instancia. Consciente de que por los chorros de una femoral partida se le escapaba la vida, tomó la palabra el espada: «Mi sensación es de plena gratitud. En primer lugar doy gracias a Dios y a la Virgen de poder estar aquÃ. Me siento muy orgulloso de la mesa en la que me encuentro. Al doctor don Máximo GarcÃa Padrós le brindé el toro por la admiración que le tengo, por las veces que me ha curado, pero no sabÃa que en el toro que le brindé me iba a salvar la vida. Me desperté dos dÃas después de la cogida y todas las mañanas le doy las gracias a Dios por haber aparecido en mi vida» añadió dirigiéndose al Dr. Gandarias: «Es usted admirable. Cada paso que dé será gracias a usted» y por último agradeció el magnÃfico trato humano y profesional a la directora del Ãrea de Cuidad Intensivos Marisa de Teresa: «En la UCI me dabais casi diez patillas al dÃa y habÃa una cosa, tu sonrisa, que valÃa más que cualquier medicina. Cuando estaba amarillo e hinchado, más para allá que para acá, eso me ayudó mucho».
Tomó aire Gonzalo antes de relatar los momentos posteriores a la cornada, la emoción afloraba en el gesto del torero que veÃa a su madre en el fondo de la sala, una madre de la que se acordó cuando notaba que se le escapaba la vida: «En el transcurso en el que me llevaban a la enfermerÃa… asumir mi muerte fue algo muy duro. Cuando llegué a la camilla apenas podÃa respirar y noté un grifo de sangre caliente en mi mano. Le pedà al doctor que le dijese a mi madre que la querÃa» Tras una nueva pausa retomó la palabra para narrar lo vivido cuando despertó el 15 de Octubre en la UCI: «El dÃa 15 de octubre me puse a llorar porque sentà que habÃa perdido. Me sentÃa derrotado por aquel toro de Valdefresno. Pensé en abandonarlo todo. Las personas de mi entorno comenzaron a animarme. Ahà me di cuenta de que la vida se trata de caer y levantarse, de aprender, empecé a soñar con la tarde de mi reaparición. Me di cuenta de la maravillosa profesión que tengo. Sentà que habÃa dignificado el toreo». Cerró su intervención con una frase cargada de vida, de sueño, de ganas de vivir, de vencer a la muerte… en definitiva de vivir, porque la vida es algo grande: «Gracias a la vida por darme una segunda oportunidad, seguro que me espera algo maravilloso».