Milagro el que se ha vivido esta tarde en Vistalegre. Manuel Perera entraba a matar al tercero de la tarde cuando el animal le prendió a la altura del vientre dejándolo prendido durante unos interminables segundos en los que el silencio se convirtió en un zumbido sordo. Rápidamente fue trasladado a la enfermerÃa donde quedó en manos del doctor Enrique Crespo.
La sangre de todos los asistentes se heló, todo el mundo era consciente de la gravedad del percance, del alto peaje que estaba pagando el joven espada por cumplir su sueño de ser figura del torero. Transcurridos unos minutos interminables, las primeras noticas que salÃan de la enfermerÃa se tornaban esperanzadoras; la vida de Manuel Perera estaba fuera de peligro.
A falta de parte médico oficial, todas las informaciones apuntan a una amplÃsima y grave cornada en la zona del viente que afecta a los intestinos, a la zona estomacal además, de otros destrozos musculares importantes.