La ganadería de La Palmosilla ha mostrado su grave preocupación por la situación general que atraviesa el mundo por la pandemia y, en particular, por el sector taurino. Un año en blanco más, a consecuencia del retraso en la vacuna, sería el fin de la cabaña brava según el propio ganadero, por lo que pide que se mire por todos.
Remitimos el comunicado emitido en el perfil de redes sociales de la ganadería:
«El retraso, más que probable en la vacuna contra el Covid-19, es un condicionante grave a la hora a la hora de determinar que toros vamos a preparar para la temporada siguiente. La duda está en el número de cinqueños que debemos tener.
A pesar de que ya se ha hecho una gran criba (En nuestro caso más de 80 machos de los guarismos 5, 6 y 7) queda pendiente otra vuelta más. Fuera del circuito de las plazas de primera, el toro cinqueño resiste poco la competencia del toro cuatreño; y cuando pasa el mes de junio, más difícil lo tiene. Sí nos vamos a un escenario de «normalidad» en junio del 2021. Nos perdemos un tramo de la temporada muy importante donde el toro cinqueño (por aquello de estar más rematado) tiene más opciones de lidiarse que el cuatreño.
Son días duros en los que tenemos que tomar decisiones fundamentales para la viabilidad de la ganadería… Días de mucho estudio y trabajo con la incógnita de no saber cómo será el 2021. Otro año en blanco sería la puntilla para la ganadería brava y nos asomaríamos irremediablemente a la extinción del toro bravo; así tal cual suena. Estamos a las puertas de una catástrofe ecológica sin precedentes. Es hora de mirar por todos».