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Ginés Marín el premio, Pablo Aguado la faena

escrito por Álvaro Solano 19/05/2019

Sexta de San Isidro con casi lleno en los tendidos y tarde entretenida con tres jóvenes toreros que dejaron su sello. Ginés Marín  cortó un oreja tras una gran faena medida al primero de la tarde, no pudo redondear ante la pasividad de su segundo oponente. Luis David, muy vistoso, no pudo rendondear una tarde en la que dio una vuelta al ruedo. Por último, Pablo Aguado continúa en estado de gracia y a punto estuvo de abrir con rotundidad la puerta grande de Madrid en el sexto de la tarde. Caló en los tendidos que esperaban silenciosos cada espacio entre tanda y tanda y coreaban a una sola voz los excelsos muletazos de Aguado. Los aceros estropearon una gran faena.

Abrió la tarde un colorado de Montalvo al que recibió Ginés Marín con suaves lances a la verónica. Se vino arriba el toro en la muleta, le dio distancias el extremeño y se arrancaba con brío. Primero fueron dos tandas ligadas por el derecho y cuando por el izquierdo parecía que era más protestón, le bajó la mano y humilló. Muy templado Ginés y aprovechando las buenas embestidas del de Montalvo. Las bernadinas de cierre citándolo con distancia fueron de infarto y la estocada entera el broche perfecto. Una oreja con fuerza. No pudo rematar la tarde con el parado cuarto. Le buscó diferentes terrenos pero  se apagaba por momentos y mató de pinchazo y entera.

Espectáculo con el capote de Luis David con verónicas pausadas para recibir al segundo de la tarde. No sé quedó ahí, por rogerinas al caballo y le respondió a Aguado en quites por lopecinas, bonito duelo y competencia. Antes, Óscar Bernal, había dejado otro de los puyazos de la feria. Gran toro de Montalvo con un extraordinario pitón izquierdo del que Luis David cuajó en distintas partes de la faena. Comenzó faena de rodillas en los medios bajándole la mano por el derecho. Lo toreó muy despacio y se tiró a matar con garra después de las bernadinas de cierre. Se le pidió la oreja pero tuvo que conformarse con la vuelta al ruedo. Ante el quinto lo intentó, estuvo correcto y consiguió con la diestra los momentos más destacados.

El tercero titular fue devuelto. Salió el sobrero de Luis Algarra que se llevó a Pablo Aguado por delante cuando lo intentaba a la verónica. Toro que se movía pero a media altura y levantando la cara al final de cada pase. No le dudó el sevillano en esa complicada altura y en una de esas lo levantó del suelo feamente propinándole una brutal paliza,  se levantó con garra pero falló con los aceros. Ante el sexto Madrid vibró con el toreo de Pablo Aguado, toreo caro al natural, uno a uno, los olés rotundos de Las Ventas. Faena excelsa de un torero que está llamado a reinar en el escalafón; el fallo en repetidas ocasiones con los aceros le privó de obtener, posiblemente, los máximos trofeos, pero dejó su sello y las ganas de volver a ver al sevillano.

A.P

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