Hubo que esperar a que Pablo Aguado hubiese atravesado el umbral de la gloria de la Puerta del PrÃncipe, para conocer sus impresiones tras hacer historia en Sevilla: «TodavÃa no soy consciente, es algo soñado, ojalá vengan muchas más asÃ, aunque sea muy complicado. Uno lo sueña y con la humildad y el sacrificio… parece que al final llega».
Visiblemente emocionado, en una nube en la que aún resonaban, atronadores, los gritos de «Torero, torero» que el público sevillano lanzaba al matador, añadÃa: «He pasado dos semanas muy malas, de miedo, de responsabilidad… No me veÃa capaz, pero esto me convence de que es la vida que tiene el torero. He hecho lo que he sentido en cada momento, ahora viene lo más complicado, porque las figuras siempre han dicho que lo más difÃcil es repetir todo esto»