Hay secretos que son conocidos a voces, pero que deben de ser dejados de considerar como secretos. Este es el caso del jovencÃsimo Nek Romero, quién gritó a los vientos en la novillada de Valencia.Â
Tarde grande, de sensación más allá de unos números que hablan por sà solos. Dos orejas del último novillo de la tarde, en una faena de inspiración y de apuesta personal ante un novillo manso del que logró sacar lo que parecÃa impensable.
Rompió la faena en la muleta, con tandas profundas, de ligazón y pulcritud. Esfuerzo de un joven espada que mostró hambre y ganas, factores muchas veces obviados entre los compañeros de profesión. Nek Romero se ha ganado repetir con fuerza en Valencia, pero más allá de eso, tiene por méritos propios caché para acudir a más plazas de la geografÃa taurina.Â