Antonio Ferrera volvió a ejecutar en Cali la suerte suprema que realiza personalmente desde una distancia muy superior a lo habitual. El espada se cuadra frente al toro y a paso lento, avanza hasta el animal para dejar un espadazo. Una suerte que podrÃa decirse, mezcla la estocada natural con la de recibir al animal.
El extremeño, cuajó una importante tarde en el coso de Cañaveralejo, donde paseó dos orejas de su segundo oponente dejando grandes sensaciones en la primera de sus dos actuaciones en Cali el pasado 27 de diciembre.