El pasado 24 de noviembre cerró un pequeño pero importantÃsimo hotel en Linares. Un lugar cargado de encanto y nostalgia, en el que pasó su última noche Manolete antes del fatÃdico percance que truncó su carrera. Aquella noche, junto a Camará, llegó al hotel procedente de Santander el torero sin saber que aquella, serÃa la última vez que se acostarÃa.Â
El Hotel Cervantes fue testigo de la última liturgia del traje de luces Manuel RodrÃguez. AllÃ, el torero, apuró las últimas caladas de su cigarro, antes de poner rumbo al coso dónde se cruzarÃa con Islero, de Miura… y todos conocemos el resto de la historia.Â
La crisis económica derivada de la pandemia y la reducción del turismo entre otros problemas, ha avocado al hotel a cerrar sus puertas tras ciento cuarenta y cinco años de historia y tras ver a Manolete salir por su puerta, rumbo al olimpo de la tauromaquia como se ve en la imagen.Â