Trigésimo festejo de San Isidro con la Extraordinaria Corrida de la Beneficencia que presidió el Rey Felipe VI en otro lleno de «No hay billetes». Los toros para rejones fueron de Los Espartales y de Núñez del Cuvillo para lidia a pie.
Abrió la tarde Diego Ventura con garrocha en mano esperándolo en la puerta de toriles. Tras un rejón de castigo, sacó a lÃo para poner tres largas al quiebro. Lo templó y lo recogió con suavidad a lomos de Nazarà para poner otras dos largas. Cerró con Remate para poner tres rosas ajustadas y el rejón de muerte entró entero pero trasero. Se amorcilló y necesitó de un certero descabello. No le ayudó el cuarto andarÃn a Ventura. Con Nazarà puso dos largas y tuvo que emplearse con Fino para poner otra. A lomos de Bronce en cercanÃas levantó faena y a más con Dólar y el par a dos manos sin bocado. Una rosa con Remate y el rejón de muerte fue certero. Oreja para Diego Ventura.
Salió el segundo de la tarde y nada en el capote de El Juli. Astado muy justo de fuerzas al que el madrileño supo entender. Le buscó la altura y ligó varias series por ambos pitones con mucha suavidad, lástima el poco celo del animal. Embistió con nobleza pero sin casta alguna. Mató de estocada entera y fue ovacionado. Al jabonero que hizo quinto lo recibió El Juli con cuatro a pies juntos, bajando las manos y remate con una media muy torera. Quite del madrileño con pausadas verónicas. Tampoco se le podÃa bajar mucho la mano al jabonero ya que doblaba las manos. El Juli pidió calma y le cogió la altura para dejar dos series importantes ligadas y con mucha suavidad. Naturales profundos y faena de menos a más, disposición máxima del torero que sacó más de lo que tenÃa. Lástima la espada ya que pinchó en tres ocasiones antes de una entera y saludar desde el tercio la ovación de Madrid.
El tercero apretó en banderillas y no le dio tiempo a «Pirri» a refugiarse en el burladero. Fue trasladado de inmediato a la enfermerÃa. TenÃa mucho que torear y bien lo hizo Diego Urdiales. Hilvanó tandas con largura por ambos pitones llevando con templanza la embestida con genio y transmisión del de Cuvillo. Los remates marca de la casa fueron artÃsticos y mantuvo la intensidad de la faena. Destacar los naturales a pies juntos. La estocada hizo guardia y necesitó del descabello saludando ovación. El sexto fue devuelto en banderillas y salió el sobrero de La Reina. Resultó complicado pero tuvo a un firme y dispuesto Diego Urdiales que puso mucha garra ante las dificultades. Dejó naturales con mucho poso aunque no tuvo el eco en los tendidos que merecÃa la faena. Mató de estocada entera y saludó ovación.