El paso de Sebastián Castella por esta feria de San Isidro no tiene discusión. El diestro francés ha vuelto en plenitud y Madrid, una de sus plazas talismán, ha sido testigo del regreso por todo lo alto del espada de Béziers. Puerta grande y una oreja de peso le hacen merecedor de alzarse con el tÃtulo de triunfador de la feria.
Fueron muchas las voces que criticaron el regreso a los ruedos de Sebastián Castella. El galo volvÃa a enfundarse el chispeante esta temporada después de un letargo artÃstico en las artes plásticas. Muy cuestionado su regreso, con mucho ruido. Unos ecos que se fueron acrecentando tras el escaso juego de sus primeros festejos y que ahora, tras Madrid, quedan en evidencia.
Sebastián Castella, Las Ventas y San Isidro se conjugan entre sÃ. El compromiso del torero es innegociable en esta plaza, no habiéndose dejado nunca nada en el hotel y regresando vacÃo al mismo. Ayer, tras cortar una oreja, vivió la cara amarga con dos cornadas en el muslo que ni siquiera se miró. Con 20 y 15cm, volvió a la cara del animal. Sin un aspaviento, sin gesto de dolor, con el único objetivo de mostrar en Madrid su entrega y su disposición.
Su triunfal paso por la feria de Madrid, debe ser el impulso necesario para que Sebastián Castella regrese a su mejor nivel. Un torero importante en el escalafón, que regresa con ideas renovadas, con el espÃritu arrebatado y en busca de una tauromaquia eterna.