El paso de Román con aquel toro de Montalvo ha reivindicado con creces la figura del valenciano. La tarde del 24 de mayo, en Las Ventas, se jugó la vida a cara de perro, cortando una oreja de ley, de peso en el abono. Su nombre ha sido uno de los que más revalorizados han salido del serial isidril.Â
El de Montalvo tuvo mucho peligro por el pitón izquierdo. Ante él, Román aguantó una y otra vez los arreones al final de cada muletazo. Todo cuadrado en los pitones, incluso cuando resultó prendido. Faena de mucha importancia que remató con unas ajustadÃsimas manoletinas y un espadazo, que pusieron en su mano el trofeo.Â
Román se jugó el tipo con el de Montalvo. No cabe duda de que la entrega fue insuperable, poniendo todo de su parte para tratar de sacar faena a un animal que no quiso tragar ni un muletazo. La oreja, reconocida por el respetable, deberÃa ser argumento sólido para ganar nuevos contratos. Para ganar nuevas oportunidades que permitan desarrollar su tauromaquia.Â
La alegrÃa que rodea su personalidad se impregna en su muleta. Su tauromaquia tiene la frescura de la juventud y el compromiso de un torero de aplomo y entrega encomiable. El torero no ha perdido su espacio y la afición venteña sigue esperándole con ilusión a cada compromiso que asume con la plaza de toros de la calle Alcalá.Â