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Temporada 2017

Descastado resultó el primero de la tarde, un toro de Adolfo Martín que se dejó pegar en el caballo y que en la muleta de Juan Bautista embistió descompuesto. Esfuerzo del francés que dejó muletazos sueltos de buen trazo. Estocada caída y se atascó con el descabello. Algunos pitos.

El segundo se arrancó de lejos con un magnífico Pedro Iturralde administrando el castigo. En la muleta de Paco Ureña fue reservón, con viaje corto. El murciano puso voluntad y entrega, sobretodo en una gran tanda sobre la mano izquierda. Estocada caída pero efectiva saludando una ovación.

El tercero fue un ejemplar descastado y sin fuerza. Juan Bautista esbozó una faena de muletazos sueltos, ligando alguna serie. Aseado el francés que dejó destellos en los trinchezaros. Se atascó de nuevo con la espada. Silencio.

Muy abierto de pitones el cuarto de la tarde que embistió sin celo, rebrincado. Faena de valor seco de Paco Ureña, que se encajonó en los pitones del animal, dejando muletazos sueltos de gran calado. Abrevió la faena ante la flojera y el comportamiento del astado. Estocada defectuosa. Palmas.

El quinto de la tarde tuvo movilidad y fijeza, aunque le faltó nobleza. Dejó Juan Bautista escapar a un animal que dio opciones de triunfo. Una tanda por el izquierdo y otra por el derecho antes de coger la espada. Mal con los aceros de nuevo. Bronca de un respetable que no entendió la decisión del francés.

El sexto siguió en la línea de sus hermanos, soso y descastado. Utilizó Paco Ureña el fondo de nobleza para cuajar una faena basada en la entrega y el compromiso con la plaza. Valor seco del murciano que mostró fu disposición con una entrega sincera. Rubricó con una gran estocada. Ovación.

01/10/2017 0 comentarios
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Desigual encierro de El Puerto de San Lorenzo, escasos de fuerzas y con buen fondo de nobleza en líneas generales. Miguel Ángel Perera bordó el toreo construyendo dos grandes faenas en las que puso todo su empeño y oficio. Juan del Álamo dejó destellos de su tauromaquia y Alberto López Simón, con el peor lote de la tarde, confirmó su notable mejoría en este final de temporada.

Manseó de salida el primero de la tarde, que tardó tiempo en encelarse en el capote de Miguel Ángel Perera, lo que provocó las primeras palmas de tango en los tendidos. Quitó por chicuelinas Juan del Álamo en su turno y salió a la réplica Perera, con un variado quite y una eterna media que despertó al respetable. El tercio de banderillas terminó de encender la plaza con un Curro Javier que dejó dos extraordinarios pares y un sobresaliente Javier Ambel a la brega. En el tercio de muerte el animal sorprendió con el desarrollo de un gran fondo de nobleza que aprovechó Miguel Ángel Perera para mandar, templar y ligar. Como un arquitecto, cogió un solar sin edificar y creó una faena de altura y contenido, como un rascacielos. Gran faena del pacense que templó sobre ambos pitones, parando el tiempo, llevando a los aficionados que llenaban la monumental de Las Ventas a otra dimensión, tremendo. Remató cada tanda con profundísimos pases de pechos, levantando los tendidos de sus asientos. La diestra desató la locura en los tendidos que corearon los olés al compás de la muleta de Perera, como en una sinfonía, torero y toro, toro y torero, rubricado por el coro de voces venteñas. Faena de cante hondo que caló en los aficionados por la verdad y la grandeza en cada muletazo. La plaza un auténtico clamor, entregada a la muleta de Perera. Estocada, y dos golpes de descabello que enfriaron la posibilidad de un segundo apéndice. Gran faena que emocionó a Madrid y al propio torero.

Escaso de fuerzas resultó el segundo de la tarde, muy protestado de salida por los aficionados. Desarrolló complicaciones en la muleta de Juan del Álamo que puso empeño y disposición. Se esforzó el salmantino que probó al animal por ambos pitones, tratando de templar y encelar al animal en su muleta, pero le fue imposible. Dos pinchazos y estocada siendo silenciado.

El tercero siguió en la línea de sus hermanos, escaso de fuerzas. Fue devuelto a los corrales por su excesiva flojera. Magnífico como siempre «Florito» en el manejo de los cabestros que recibió una calurosa ovación del público venteño. Salió en su lugar el primer sobrero reseñado con el hierro de Santiago Domecq y que tuvo mayor transmisión. Alberto López Simón  instrumentó un trasteo largo ante un animal que no puso nada de su parte. Una a una sacó las embestidas al animal que cuando se supo podido por el torero terminó por rajarse. Silencio.

Se inventó la faena al cuarto de la tarde un Miguel Ángel Perera que supo tapar los defectos del animal y cuajar otra gran faena. Apostó por el animal cuando nadie creía en él y  brindó al público venteño en lo que fue toda una declaración de intenciones. Basó su faena en el temple y el poder, sacando raza y vergüenza torera. Enceló al animal en su muleta, bajándole la mano y toreando profundo, con empaque. Citó desde lejos, acortando el viaje del animal en cada muletazo, logrando tandas de gran calado en los tendidos. Muy seria la actuación del pacense que supo administrar la lidia correcta a un animal que a priori no daba opciones y que desarrolló un gran fondo de nobleza. De nuevo la plaza se volvió a entregar a la verdad y a la profundidad de su pases. Los olés acompañaron mejor que cualquier pasodoble la muleta del pacense Pinchazo y gran estocada con la que cortó su segunda oreja de la tarde, la que le abría las puertas de la gloria de la catedral del toreo, la que le hacía triunfar en aquella plaza con la que sueñan cada noche los que se enfundan el chispeante.

Se esforzó Juan del Álamo frente al mansito quinto de la tarde. Instrumentó un trasteo largo el salmantino que dejó muestras de su tauromaquia, toreando con rigor y haciendo las cosas bien. Una pena que el animal no acompañase. Palmas.

El sexto de la tarde resultó muy suelto, sin apenas probar el capote de Alberto López Simón. En la muleta del madrileño mantuvo esta tendencia, pero el de Barajas supo acortarle el viaje, ceñírselo a la cintura y cuajar poco a poco una interesante faena, que tuvo sus mejores pasajes sobre el pitón derecho. Creó una faena de menos a más, cuajando al animal en las últimas tandas. Firme y con presencia un López Simón que emborronó su actuación con el manejo de los aceros.

 

Imagen: Luis Sánchez Olmedo

30/09/2017 0 comentarios
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Desigual encierro de Núñez del Cuvillo, de variado juego. Luis David Adame que confirmaba la alternativa dejó su marca personal en el ruedo y demostró buque quiere llegar a figura. Sebastián Castella se estrelló frente al peor lote y Paco Ureña cortó una oreja de peso y firmó una segunda actuación notable en una gran tarde.

Abrió la tarde un buen ejemplar de Núñez del cuvillo que sirvió para la confirmación de Luis David Adame. Faena de más a menos comenzada en los medios por estuarios y cambiados por la espalda. Comenzó sobre la diestra con poder y ligazón. Decayó la faena cuando empezó a faltar colocación. Mato de estocada defectuosa. Silencio. Ovación en el arrastre al animal.

Se esforzó Sebastián Castella ante el rebrincado segundo. Faena de esfuerzo del francés que no logró sacar prácticamente ningún muletazo limpio ante un animal que embistió con la cara alta y rebrincado. Estocada y silencio.

Se inventó Paco Ureña la faena al tercero de la tarde, un animal muy protestado de salida por su tamaño. Arrancó la faena sobre la mano izquierda y tapó todos los defectos del animal a base de pureza, entrega y disposición. Paró, templó y creó una faena que fue creciendo en intensidad, levantando los olés de Madrid. Estocada y Oreja.

Tampoco fue toro para el triunfo de Sebastián Castella. Brindó el francés un animal escaso de fuerzas al público en una faena a la que le faltó estructura. Se esforzó el diestro que dejó detalles de su tauromaquia. Estocada y silencio.

Cuajó una fanea de entrega y disposición Paco Ureña al quinto de la tarde. El desarrollo de la lidia fue por alti bajos, destacando el toreo sobre el pitón izquierdo, con sentimiento. Hubo una serie que levantó de sus asientos al respetable venteño, toreando desmayado, olvidándose del cuerpo y toreando con el alma. Cobró una dura voltereta en los compases de la faena. Se tiró con todo a matar saliendo rebotado con la pala del pitón. Gran ovación con saludos.

El sexto fue un animal complicado de Núñez del Cuvillo, que tuvo media embestida y buscó continuamente los pies a Luis David Adame. Solventó con muy buena nota la papeleta que le tocó el azteca, toreando profundo y rectificando con torería cuando apretaba de mala manera el astado. Buena actuación del espada que hizo de menos la faena por el fallo con los aceros. Ovación.

30/09/2017 0 comentarios
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El primero de la tarde fue un animal que evolucionó a lo largo de la lidia. Comenzó embistiendo con calidad en el capote de Morenito de Aranda, pero tras tomar el segundo puyazo cambió, desarrollando peligro y mucho sentido. Se esforzó el diestro que en algunos momentos de la faena dudó ante las cambiantes embestidas del animal. Pinchazo y media siendo silenciado.
Faena de división de opiniones la de Joselito Adame al segundo de la tarde. Una parte del público azuzó al hidrocálido, pidiendo colocación. Los mejores momentos llegaron sobre la mano izquierda y un final explosivo genuflexo. Mató de estocada y dio una vuelta al ruedo de nuevo ante la división de la plaza.
Gran faena la de Román al tercero de la tarde, un gran ejemplar de Fuente Ymbro que apretó en el caballo y embistió con gran calidad en la muleta del valenciano. Faena inteligente del joven espada que cuajó desde los primeros compases al animal, bajando la mano y alargando el viaje, con profundidad. Cuando ejecutaba un cambio de mano el animal lo descubrió voltenadole sin consecuencias. Volvió a la cara del toro derrochando valor y entrega, cerrando la actuación con unas bernardinas de infarto. Se tiró a matar dejando un gran espadazo, pero cobrando una escalofriante paliza. Oreja de ley.
Aseado se mostró Morenito de Aranda frente al cuarto de la tarde, un animal mansito y con muy poco recorrido. Se afanó el espada que se estrelló ante un animal sin opciones. Estocada y palmas.
La lidia de Joselito Adame al quinto de la tarde fue de menos ante un animal que hizo el avión en la muleta del mexicano. Gran recibo capotero, y extraordinario tercio de banderillas. En la muleta ejecutó pases de muy buen trazo, aunque volvió a faltar colocación, lo que provocó algunos pitos por parte del respetable.
Rozó la gloria Román de nuevo en el último de la tarde. Comenzó sobre la zurda, sin miramientos, cuajando y templando a un gran animal de Fuente Ymbro. Labor de disposición y buen quehacer del valenciano, que meció al astado en la muleta. Gran faena. Cuando ya tenía la oreja y la puerta grande en la mano, mató con un metisaca, una media y falló innumerables veces con el descabello. La segunda puerta grande en Madrid se esfumó por culpa del acero.
28/09/2017 0 comentarios
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