Buena novillada de El Parralejo que permitió el lucimiento de los tres toreros acartelados: Toñete, Ãngel Téllez y RocÃo Romero. El mal manejo de los aceros evitó que pudiesemos estar hablando de un resultado totalmente distinto ahora, al final una oreja por coleta.
Abrió la tarde un novillo con clase al que le faltó un punto de fuerza. Labor seria de Toñete, buscando cuidar al animal. Destacaron dos tandas sobre la diestra. Dejó dos pinchazos antes de cerrar con una media estocada. Ovación.
El segundo dio opciones reales de triunfo a Ãngel Téllez, que cuajó una faena estética con pasajes que calaron en los tendidos. Templó sobre la diestra con calidad, gusto y personalidad. Al natural corrió la mano, parando la embestida del toro, llevándolo embebido en su muleta. Emborronó su actuación con un mal uso de los aceros. Saludó una calurosa ovación.
Abrió RocÃo Romero su actuación con un buen ramillete de verónicas. Susto gordo en banderillas cuando el animal propinó una tremenda paliza al segundo de la cuadrilla. En la muleta RocÃo dejó muestras de su gran concepto clásico en una actuación templada y natural. Dejó una estocada de manual cayendo rodado el toro en escasos segundos. Oreja de peso.
Interesante faena la que planteó Toñete al cuarto de la tarde. Un novillo que tuvo virtudes y al que Toñete llevó por abajo con oficio y actitud, cubrió los defectos del animal y cerró la actuación con un certero volapié. Oreja.
Suelto de salida resultó el quinto de la tarde que tardó en encelarse en el capote de Ãngel Téllez, que dejó un tremendo quite por chicuelinas, muy despacito. Exprimió al máximo a un animal que manseó desde los comienzos de la faena, vaciándose como torero. Faena de disposición y entrega. Pinchazo y estocada tocando pelo.
El clasicismo y las buenas formas volvieron a guiar la faena de RocÃo Romero al sexto de la tarde. El novillo resultó soso, manseando y sin transmitir, sin embargo RocÃo supo aprovechar el pequeño fondo de nobleza del animal para hilvanar una faena interesante, en la que consiguió hacer faena a un animal que a priori no daba opciones. Perdió un posible trofeo por un muy mal uso de los aceros. A pesar del mal uso de la tizona la plaza le brindó una calurosÃsima ovación.
Imagen: Javier Arroyo / Aplausos