«Dios es muy grande» asà hablaba David Mora a la muerte de «Malagueño» toro de vuelta al ruedo y al que David Mora desorejó en una tarde para el recuerdo en Las Ventas. Y asà fue, Dios le tenÃa guardado a «Malagueño» para reencontrarse con el público madrileño y esos olés atronadores del público que no cabÃan en sà del gozo y la emoción de un torero y un toro que hoy hicieron historia.
SalÃa el de Alcurrucén con 563 kg de bravura. Desde el primer momento mostró su esencia, primero en el caballo con un magnÃfico Israel de Pedro como administrador del castigo, y ya en la muleta todo fue humillación, profundidad, embestida, fijeza, trasmisión… un auténtico toro. Comenzó la faena brindando el toro al equipo médico, y al doctor D.Máximo GarcÃa Padrós, y en unos instantes se pasó del entusiasmo al horror, el toro arrollaba al diestro en un comienzo por la espalda. Después de unos minutos para reponerse de la paliza, empezó una melodÃa celestial en Las Ventas, torero y toro, toro y torero compusieron esa dulce melodÃa: ligazón, profundidad, verdad, torerÃa… El madrileño se mostró a gusto con el toro en todo momento, naturales, derechazos, pase del desdén, trincherazos… La locura se desató en la Monumental madrileña, los olés sonaban de forma atronadora como un coro de ángeles que rubricaba esa melodÃa celestial. Remató el torero entrando a matar con el corazón, estocada de rey, y preciosa muerte de «Malagueño» que se echaba a la arena como un bravo, como un auténtico semental de la ganaderÃa de Alcurrucén. Faena de dos orejas para el torero, y para el magnÃfico animal, vuelta al ruedo entre la espectacular ovación que le brindaba el público de Madrid.
Imagen |Â Las Ventas