Milagro en Cuéllar tras el aparatoso percance de Alberto Hernández

El drama volvió a sobrevolar la plaza de toros de Cuéllar. Apenas un mes después del gravísimo percance de Manuel Diosleguarde, el subalterno Alberto Hernández quedaba colgado del pitón del animal, esta vez contra las tablas y sin escapatoria.

A pesar de que el percance se entendía muy serio y del reguero de sangre que acompañaba al de plata, todo quedó de manera milagrosa, en un puntazo a la altura del glúteo que no reviste gravedad.

La tarde terminó llevándosela Alberto López Simón que cortó dos orejas, junto a José Garrido que cortó otro apéndice.

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