Miura ha protagonizado un velocÃsimo encierro por las calles de Pamplona. Una carrera en las que los hermanos se han mantenido arropados en la cuesta de San Domingo, a diferencia del resto de ganaderÃas en estos dÃas.
Hubo que esperar a doblar la curva de Estafeta para que la manada se estirase y el grupo se partiese en dos, permitiendo largas y emocionantes carreras. Una tendencia que se mantuvo hasta llegar a la propia plaza de toros.
Los astados pararon el cronómetro en los 2 minutos y 16 segundos. La carrera estuvo marcada por la nobleza que desarrollaron los animales, sin apenas derrotes ni miradas. El primer parte no habla de ningún herido por asta de toro.