
El desacierto de Barbastro ha alcanzado una fuerte repercusión mediática. La tradicional desencajonada de este coso acabó con unas imágenes no aptas para una sociedad infantilizada, fruto de un error que pone al sector en el ojo del huracán.
La suelta de los toros terminó con un toro embistiendo a los cabestros, quizás, demasiado tempranos en edad y tamaño para un animal sà entrado en edad y trapÃo. Rápidamente las imágenes han corrido como la pólvora, apareciendo en todos los medios de comunicación y llegando hasta la esfera polÃtica. Ocasión, que cierto alto cargo, de cierto partido polÃtico, no ha dudado en utilizar. Yolanda DÃaz ha cargado lanzando una nueva campaña contra la tauromaquia… desde el más absoluto desconocimiento.
Quizás un error. Quizás una metedura de pata… o simplemente, mala suerte. Sea de la manera que sea, esas imágenes han vuelto a colocar a todo el sector en el punto de mira. Todo sacado de contexto, elevado a la enésima potencia, pero con la picardÃa y la mala leche para hacer daño.
En estos tiempos que corren, hay que tener controlado hasta el último detalle. No dar carne a los antis, que lo único que buscan es una mÃnima excusa para malinformar y mentir… con tal de seguir donde están, chupando del bote.