
Florito es y será por siempre uno de los grandes nombres de la plaza de toros de Las Ventas. Su trabajo tan poco visible como callado, es fundamental para el correcto desarrollo de la temporada en la plaza de Madrid.
Mención a parte merece su trabajo con los mansos. Da igual la complejidad que el toro proponga para volver a los corrales, el mayoral de la plaza siempre encuentra una solución para devolver la res a los corrales sin demorar en mayor tiempo el festejo.
La tarde del 28 de mayo fue la que mayores complicaciones ofreció a Florito en su labor. En varias ocasiones los mansos regresaron al corral sin llevar consigo el astado, lo que obligó al mayoral a sacarlos de nuevo. En su último intento, dejó una bella imagen en la que los cabestros se alinearon con el toro, avanzando en línea hasta envolver al animal e introducirlo en los corrales.