El matador Borja Jiménez es quizás, un desconocido para el público generalista, aunque para el aficionado convencional, su nombre lleva sonando muchos años a pesar de la falta de oportunidades. Su primera actuación en la Copa Chenel dejó ver a unos la sorpresa de su toreo y a otros la confirmación de que este torero está para alcanzar grandes cotas en la tauromaquia.
Ovación, oreja y oreja en el que mató por Alejandro Fermín fue el saldo de una tarde de toreo caro, de bailar las muñecas y de gustarse con el trazo de una sevillanía madurada en la soledad del campo. Triunfador indiscutible y nombre que se ha ganado por méritos propios avanzar de fase y postularse como un serio candidato al triunfo final.
Ahora, la siguiente parada le llevará desde Cercedilla hasta la capital, hasta la plaza que lo da todo y lo quita todo. Las Ventas espera la llegada del torero de Espartinas el próximo domingo de resurrección dónde alternará junto a Curro Díaz y José Garrido para hacerse cargo de un encierro de El Tajo y La Reina y Las Ramblas.
Una tarde que el sevillano ha puesto cara y en la que el aficionado espera ver el toreo más puro en el templo mundial del toreo. Una cita que podría ser el disparo definitivo que reconozca la tauromaquia de un torero ávido de mostrar que quiere ser figura.
