Gustavo Petro, presidente de Colombia, ha roto los sueños de Marco Pérez y Mariana Pineda. El niño torero estaba anunciado junto a Gitanillo de América, Antonio Ferrera, Luis Bolívar, Joselito Adame y Luis Miguel Castrillón para actuar en el tradicional festival por el Señor de los Cristales en la feria de Cali.
El presidente, a través de un comunicado emitido por el Ministerio de Trabajo de Colombia, aseguraba que por la seguridad de ambos menores se prohibía su actuación en el abono de Cañaveralejo. Además, en caso de participar en los festejos, se suspendería de inmediato el resto de la cartelería del ciclo taurino más importante de Colombia.
El presidente colombiano, no sólo ha jugado con los sueños de dos jóvenes que buscan en la tauromaquia su vida, sino que ha impuesto prácticas más propias de una dictadura que de una democracia. El batacazo, a golpe del Ministerio de Trabajo, radica en el antitaurismo imperante en la sociedad colombiana y más concretamente en las altas cúpulas gubernamentales.
El varapalo contra Marco Pérez y Mariana Pineda, pone de manifiesto que el sector tiene que unirse más que nunca. A pesar de los distintos intereses de cada estamento, todos beben agua finalmente de la misma fuente.
