Roca Rey volvió a cuajar una sensacional tarde de toros en Málaga. El peruano volvió a deslumbrar con una tauromaquia poderosa y tremendista, que alternó con pasajes más suaves y de toreo puro. Unos números que ponen de manifiesto que ha vuelto el mejor Roca Rey, el de antes de la pandemia.
Su fuerza con la muleta repercute en la taquilla, dónde los boletos se venden a un ritmo frenético desde que se anuncia su nombre en cualquier punto de la geografía. Una noticia fantástica y más, en los tiempos que corren, donde la mejor noticia que podemos ver es tener llenas todas las localidades de cada plaza de toros.
Ya hablé hace unas semanas de la incomprensible campaña de acoso y derribo que existe con el matador peruano, así que no lo volveré a hacer. Sin embargo, veo necesario recordar que no porque un nombre aparezca en una reseña debemos juzgar sin conocimiento de causa.
La tarde de Málaga, al igual que otras tantas a lo largo del curso, han puesto de manifiesto que el momento taurino que atraviesa Roca Rey es absolutamente incontestable. Además, su poder en la taquilla le ha dado el caché de figura del toreo sin ningún atisbo de duda.
No por ser de un torero o de otro hay que desmerecer la tauromaquia y la labor de otro. Repito como tantas veces, en estos tiempos de indefensión de la tauromaquia, nuestra mejor arma es la unión y la fuerza en los tendidos
