El gobierno español presentó durante la jornada de ayer el nuevo bono cultural que pone al servicio de los jóvenes nacidos en 2004 y que este año cumplen 18 años, 400 € para gastar en cultura. El gobierno define esta iniciativa como: «Una invitación para entrar en la edad adulta de la mano de la cultura«.
El bono no ha nacido exento de polémica. El gobierno ha decidido exponer lo que es cultura y lo que no lo es en función de los gastos que puede cubrir el abono de 400 €. Los primeros 200 € cubrirán artes en vivo, patrimonio cultural y artes audiovisuales. 100 € más para consumo de cultura en soporte físico, en el que se incluyen videojuegos, libros o cine. Por último, los otros 100 € restantes serán dedicados a la cultura a través de la red.
Dentro de este bono «cultural», no está incluida la tauromaquia. Para el ejecutivo nacional, el segundo espectáculo de masas del país y base de la cultura de nuestro país, no debe ser incluido en esta iniciativa sectaria al no ser de su agrado.
Un gasto de 210 millones de euros dirigido en exclusiva a jóvenes que entran en edad de voto a lo largo del año. Una iniciativa que, planteada de otra manera, podría haber tenido una mejor acogida entre la sociedad y los medios. Sin embargo, al atribuirse el gobierno la potestad de decidir qué es arte y qué no, pierde todo su valor. No sólo hablo de la tauromaquia, que también, sí no de otras formas de expresión artística qué han quedado apartadas.
