La tarde de Juan Pedro Domecq dejó un momento de «apuro» en el ruedo. Durante la vuelta al ruedo de Diego Urdiales se lanzó un gallo al torero; el animal empezó a correr por el ruedo siendo muy complicado capturarlo.
Uno de los areneros de la plaza intentó cogerlo con la mala fortuna de terminar cayendo al suelo y escapando de nuevo el animal. Una anécdota que el propio operario de la plaza se tomó con humor, riéndose al levantarse.
Esta fue la anécdota dentro de una nueva corrida desclasada y falta de fuerza de Juan Pedro Domecq frente a la que Morante de la Puebla y Diego Urdiales lograron arrancar las orejas y salir en volandas del coso.Â