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Cinco años de la muerte de un torero que pudo cambiar el sino de la tauromaquia

escrito por Álvaro Solano 17/06/2022

¿Dónde estarás Iván? Han pasado 5 años y sigue siendo complicado hacerse a la idea de lo que sucedió aquel fatídico 17 de junio de 2017. Aquella tarde nos estremecimos con la noticia de que una fatal cornada había acabado con la vida de uno de los toreros más importantes de este siglo. 

Quizás, no el más importante en cuanto a números, pero sí en trayectoria. Iván inició una senda única en la historia de la tauromaquia, un camino elegido y en el que nadie ha sido capaz de volver a transitar. Una vía, ahora, huérfana de padre. El camino que elegiste continúa en el corazón de miles aficionados como un recuerdo nostálgico de un torero único e irrepetible. 

Un torero, repito, único en el escalafón y por tanto, necesario e irrepetible. Pasan los años y el recuerdo del rugir del león Orduña no perece, sigue resonando en el corazón y en el recuerdo de todos aquellos que decidieron sumarse al carro de un torero que buscó su propia verdad en un mundo en el que la verdad lo es todo. 

Sincero consigo mismo, alejado de los tópicos y ahora, eterno. El legado de Iván Fandiño ha quedado impreso como uno de los capítulos más aciagos y al mismo bellos de la tauromaquia. Unas páginas esculpidas a base de tesón, esfuerzo y constancia para las que la tinta se acabó muy pronto. Demasiado pronto. 

Tu muerte restó brillo al traje de luces, pero engrandeció aún más si cabe, una profesión en la que la vida y la muerte están tan unidas que parecen compañeros de viaje. Un dueto tan real como trágico, en el que decidiste poner tú vida con el fin de alcanzar una gloria que tocaste con la yema de los dedos. Una gloria que ahora te pertenece. 

Una gloria que ahora te pertenece a tí en plenitud como le dijiste al padre de Víctor Barrio tras la muerte de su hijo: «Este brindis es una mierda porque no va a cambiar nada. Ahora, te digo una cosa. Tú hijo ahora está en la gloria, dónde la mayoría de los mortales sueñan estar y jamás lo estarán«. 

Iván, siempre estarás en el recuerdo y tú rugido seguirá resonando imperecedero a pesar de los años, en todas las plazas en las que dignificaste tú profesión. Eterno Iván Fandiño. 

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