La intrahistoria del triunfo de Solal Calmet en Nimes, es digna de ser contada en letras capitales. El novillero galo, más conocido en el mundillo bajo el apodo de Solalito, fue intervenido dos veces en la semana previa a la novillada y sufrió una cornada antes de cortar una oreja de ley y alzarse con el prestigioso Capote de Oro, Cape d´ or.
En la semana previa al festejo sufrió un percance en el campo entrando a matar. El joven galo se abrió la muñeca en una horrible lesión abierta, de la que tuvo que ser intervenido en primera instancia al tener afectado uno de los tendones. Transcurridos dos días, debe volver a pasar por quirófano, haciéndose prácticamente imposible su comparecencia en Nimes.
Sin embargo, lejos de echarse atrás, el novillero se carga de paciencia e ilusión para someterse a una intensa semana de médicos y fisioterapeutas. Pese a todos los inconvenientes, la ilusión pesa más que la prudencia y el novillero rompe el paseíllo, cobrando una cornada en el primero de su lote. Sin mirarse, continúa la faena hasta pasaportar al animal y ahora sí, pone rumbo a la enfermería.
El equipo galeno decide operar y tras ser intervenido de una cornada de 10 cm Solalito pide volver a la arena y estoquear el segundo novillo de su lote. El torero vuelve, cuaja al animal cortando una oreja de ley y se alza con el prestigioso Capote de Oro.
Es difícil pronosticar en cuál de todos los problemas y desavenencias se habría plantado cualquier ser humano. Sin embargo, los toreros están hechos de otra pasta y Solalito, igual. Una lesión abierta terrible en la muñeca, dos operaciones en tres días, una cornada, otra operación y con todo ello, decide correr turno para poder volver a salir al ruedo. Impresionante la historia y la intrahistoria de este prometedor joven francés que de momento ya ha demostrado que sabe torear y que tiene ganas de demostrarlo. Chapeau.