Jorge Martínez vivió ayer una desagradable situación en Las Ventas. Fue víctima de la disparidad de opiniones del palco que una veces premia en exceso y otras, castiga sin miramientos. El murciano cuajó una tarde de aplomo y buen toreo, rubricando lo que ya mostró el pasado curso en la Liga Nacional de Novilladas y, aunque la petición fue muy fuerte, el palco no quiso atenderla; dejando todo en una vuelta al ruedo.
La vuelta fue de ley, en las que Madrid está entregada al igual que durante la faena del novillero de Totana. hay que revisar el balance en el palco para que exista un criterio uniforme en la concesión de los trofeos. En este caso, me atrevería a decir, que la vuelta tuvo y va a tener el mismo o mayor peso que la oreja.
La tarde de Jorge vino marcada por el gusto que tiene su toreo propio; algo alejado de las modas tremendistas y muy personal. Valor estoico y buenas maneras fueron las claves del triunfo del joven novillero que, sin tocar pelo, se suma al largo elenco de nombres importantes que está dando este curso en el escalafón menor.
