Un año más, y ya deja de ser casualidad, la localidad madrileña de Cenicientos presentó la que será su feria taurina 2022. Un pueblo que, sin duda, empieza a ser referencia en el panorama nacional por su magnÃfica afición a la hora de confeccionar carteles del gusto del aficionado que sigue asiduamente la temporada taurina.
Primando por encima de todo el toro, el eje de la fiesta, algo que sÃ, aunque suene raro, en pocos lugares se hace ya, Cenicientos presentó hace ya un tiempo las que serÃan las ganaderÃas de su próximo abono – un elenco más que interesante y variado de hierros que pronto despertó el interés de todos –. GanaderÃas como Cuadri, Partido de Resina, Peñajara – premiada con el mejor toro de la feria pasada – o Adolfo MartÃn, entre otras, embarcarán algunos de sus animales más serios en pleno mes de agosto destino a un pueblo del occidente de la Comunidad madrileña para deleitar al aficionado con el toro – toro (como algunos aficionados lo llaman), es decir, con la belleza y bravura del rey de la tauromaquia en su máxima expresión.
Finalmente, con la presentación de las ternas esta semana, podemos corroborar que se trata de una feria de sobresaliente. Tres festejos con muchos alicientes, entre ellos, el regreso del triunfador del 2021 como fue Damián Castaño – un torero importante que vive, la que seguramente, sea la temporada más importante de su carrera con la confirmación en Madrid en el horizonte, la Copa Chenel como objetivo y sus compromisos en las principales ferias toristas de Francia –. Un pueblo que además de premiar a todos aquellos toreros triunfadores, quizás de festejos con menor eco, pero de igual importancia como el importante paso de Tomás Angulo por la pasada Copa Chenel, el descubrimiento de Adrián de Torres, la clase de David Galván o la capacidad lidiadora de toreros como Alberto Lamelas y Sergio Serrano configura dos corridas de toros de lo más interesante del mes de agosto. Además, esta localidad sabe también apostar por el futuro y dar oportunidades descubriendo nuevos valores del escalafón novilleril, algo que, sin duda, en una feria tan corta, es digno de admirar.