Ayer se cumplían diez años de la gravísma cornada que sufrió Juan José padilla en la plaza de toros de Zaragoza. Aquel duro 7 de octubre, el torero jerezano fue prendido por «Marqués» de Ana Romero, que le esperó en el tercio de banderillas. Una vez en el suelo, le infirió una cornada que fue tratada en primera instancia con el siguiente parte médico: » Herida por asta de toro en la región craneofacial que afecta al órgano auditivo y visual de pronóstico muy grave».
A partir de aquí Juan José comenzó un autético calvario que le ha acompañado a lo largo de toda su carrera, hasta convertirse en el desencadenante que propició su retirada. El Ciclón se convirtió en un referente social, en uno de los toreros más respetados del escalafón. Su lema `El sufrimiento es parte de la gloria`, se ha convertido en el tema de vida de muchas personas, no sólo del orbe taurino.
Aquel día, cambió la vida del torero, que se ha labrado una gran carrera profesional, con tardes memorables, con indultos, puertas grandes, orejas… pero sobre todo y lo más importante, llegando al corazón de la afición.
