Hace escasos minutos, entorno a las 22:30 de la noche abandonaba la enfermerÃa de la plaza de toros de Vistalegre Manuel Perera a bordo de la UVI Móvil rumbo al Hospital Nuestra Señora del Rosario. Juan José Padilla, que salÃa en el asiente del copiloto en el convoy, realizó gestos de agradecimiento a los aficionados que aguardaban y de calma tras estar estabilizado y fuera de peligro el espada.
Varias decenas de aficionados aguardaban en las inmediaciones del coso a la salida del joven novillero. En bares, en corros, con cigarros que se consumÃan ante los nervios y el miedo… finalmente el espada se encuentra fuera de peligro aunque con pronóstico muy grave.
Unas imágenes muy emotivas y que recuerdan la grandeza del toreo y de todos los actores que la componen. Los aficionados siempre han demostrado el cariño y la entrega por los héroes que se juegan la vida frente al toro… y aguantaron igual en las puertas de las enfermerÃas durante otros graves percances como el de Gonzalo Caballero o Román en Las Ventas, dos temporadas atrás.