Por milÃmetros se salvó Tomás Campos de dos terribles percances en el ruedo de Las Ventas. El primero de ellos sobrevino durante la lidia al sexto de la tarde cuando el animal, tras un duro derrote, prendió por la taleguilla a la altura del muslo al diestro, elevándole en el aire en varias ocasiones. Afortunadamente, la mansedumbre del astado dejó todo en un tremendo susto.
Sin embargo, minutos después, en unas ajustadÃsimas manoletinas, el toro volvió a hacer presa, esta vez encajando su pitón dentro de la chaquetilla del espada. De nuevo y de forma milagrosa, el animal no encontró carne y todo volvió a quedar en un enorme susto.