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Toñete y Gardel tocan pelo en la novillada de Valdemorillo

escrito por Álvaro Solano 04/02/2018

Toñete y Gardel tocaron pelo mientras que Ángel Téllez se fue de vacío dejando muestras de su disposición y entrega frente a un deslucido y soso encierro de Montealto, que dio pocas opciones a los tres jóvenes novilleros.

Abrió la tarde y la temporada un novillo que acabó de descolgar la embestida y al que le costó entregarse, protestando durante muchos momentos de la faena. Toñete planteó una faena a media altura, tratando de alargar la mano al animal y ligar pero los contínuos derrotes del animal complicaron la firme actuación del novillero. Dejó una estocada delantera. Durante el segundo tercio sufrió un grave percance el banderillero Agustín Serrano que cayó al suelo con el cuello y quedó desplomado en el albero madrileño.

Muy torero Alejandro Gardel en el planteamiento de la faena al segundo de la tarde. Un novillo con mayor movilidad que el anterior y que a pesar de no descolgar, colocó la cara. Entendió la evolución del animal que quiso todo por abajo al comienzo de la faena y que a medida que se supo podido, rebrincó su embestida. Esfuerzo de Gardel que dejó sobre la mano derecha grandes detalles de su tauromaquia.

Muy bonito el burraco tercero de la tarde que respondió en el capote de Ángel Téllez, transmitiendpo y permitiendo el lucimiento del joven novillero. En la muleta fue muriendo poco a poco, rajándose y cerrándose en tablas. Apostó Téllez por el animal, toreando en las cercanías del astado, donde el animal requería la limitada lidia.

La faena al cuarto de la tarde estuvo condicionada por la condición del animal, que tuvo transmisión, entrega y repetición, pero al que le faltó agachar la cara. Por el pitón derecho llegaron los mejores pasajes de la faena; Toñete aprovechó la prontitud del astado para templarlo y sacar muletazos de importancia. Pinchó en el primer encuentro y dejó una importante estocada en el segundo. Oreja.

Una estampa el quinto de la tarde, un novillo sardo de buena presentación. La condición descendente del novillo que fue descastado y que apenas tuvo transmisión  impidió mayor lucimiento a Ángel Téllez que entendió los defectos del animal y trató de taparlos, exprimiendo muletazo a muletazo al astado. Dejó buenos pases sobre la mano derecha, y sobretodo dejó su impronta y su personalidad. Cerró con una estocada un tanto cruzada pero de gran efectividad. Oreja.

El sexto novillo de la tarde desarrolló complicaciones desde los primeros compases de la faena. Serio de cara, puso en apuros en más de una ocasión al joven Ángel Téllez, que llegó a cobrar una violenta voltereta afortunadamente sin consecuencias. Se esforzó el joven espada que derrochó valor y demostró ganas de ser torero. Poco pudo hacer frente a un animal que lo midió continuamente y frente al que demostró personalidad y ambición.

 

 

Imagen: Julián López / Mundotoro

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