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2016: La verdad de la Fiesta

escrito por Álvaro Solano 31/12/2016

cruz

Un año más llega el 31 de diciembre y echamos el telón a 365 días de magia, de locura, de triunfos y fracasos, de esperanzas y desesperanzas, de tragedias y alegrías… Este 2016 nos ha dejado estampas que nunca olvidaremos ya sea para lo bueno o para lo malo. Un año de triunfos, alegrías, unión, justicia… pero también de adioses muy dolorosos, de cornadas muy graves, de intensas horas de trabajo en los quirófanos, de incredulidad ante lo sucedido… Un año que se resume muy bien con la famosa frase del célebre escritor español, Camilo José Cela, “El toreo es un arte misterioso, mitad vicio, mitad ballet. Es un mundo abigarrado, caricaturesco, vivísimo y entrañable en el que vivimos los que un día, soñamos con ser toreros”.Y así es, un mundo vivísimo y entrañable, donde la línea que separa el triunfo de la tragedia es tan fina, que, sin darte cuenta, estás cerca de cruzarla cada tarde.

Comenzó el año con la reaparición de dos héroes en Vistalegre: David Mora y Jiménez Fortes, dos valientes que a pesar de las cornadas lucharon por volver a la cara del toro, lucharon por poder ejercer la profesión que ellos eligieron hace muchos años, la profesión más bella del mundo, el ser torero.  Aunque claro, si hablamos de reapariciones tampoco podemos olvidarnos de Ortega Cano, Cristina Sánchez o el maestro Luis Francisco Esplá. Todos ellos quisieron enfundarse al de luces este año para hacer lo que más les gusta, y lo que fue y sigue siendo su vida, el toreo.

Si hablamos de citas importantes, es imposible pasar por alto el 13M en Valencia. Una cita que demostró la unión del colectivo taurino frente a todos aquellos ataques que se están llevando a cabo desde sectores sociales y políticos. Más de 40.000 personas se reunieron bajo el lema “Los toros, cultura, raíces y libertad de un pueblo” en lo que fue una demostración de intenciones, en lo que fue la defensa más importante de la fiesta en las últimas décadas. El mundo del toro demostró lo que siempre ha sido, una gran familia, una familia que lucha en un mismo sentido, en la defensa y promoción del arte más puro.

Sevilla ha sido otro de esos lugares que han marcado un punto de inflexión importante esta temporada. Primero por la cantidad de actos con los que ha acercado la fiesta a la sociedad, tanto con clases prácticas, como sacando los caballos de los varilargueros para que los más pequeños de la casa pudiesen montar… Pero si algo ha distinguido a la capital hispalense este año han sido dos días de máxima alegría: El primero con el indulto histórico de “Cobradiezmos” de Victorino Martín por parte de Manuel Escribano en una faena antológica en la que dejó sentir y aflorar el torero que este hombre lleva dentro. Una tarde en la que ganó Escribano, ganó Victorino Martín, pero sobretodo y ante cualquier otro triunfo, ganó la fiesta, ganamos todos y cada uno de los aficionados a la fiesta. El segundo día de increíble alegría es la vuelta a los ruedos de Javier Castaño tras superar un duro cáncer, esa tarde no pudo tocar la gloria de abrir la puerta del príncipe, pero sí que salió a hombros frente al cáncer y tocó la gloria de la superación y el volver a vestirse de luces. Una tarde de emociones encontradas en la que a más de uno se les saltaron las lágrimas en los tendidos de la Maestranza al ver a un héroe vestido de luces que había vencido el toro más grave de su vida para poder volver a hacer lo que más le gusta, torear.

Este año, sin duda,  ha sido de duro trabajo en los quirófanos y en las salas de fisioterapia. Duras cornadas las que hemos visto este año…  y si no que se lo digan a Manuel Escribano, Roca Rey, “Lili”, Javier Jiménez, Daniel Luque… Todos ellos, y muchos más dieron trabajo a todos estos ángeles que tenemos en los quirófanos y que tantas vidas salvan con sus manos prodigiosas. No podemos olvidarnos del maestro Ferrera quien sigue luchando por volver a los ruedos, desde aquí mandarle todo nuestro ánimo y un fuerte abrazo.

Este año parece que ha llegado la competencia a las figuras. Javier Jiménez, Roca Rey, Alberto López Simón, José Garrido, Gonzalo Caballero, Ginés Marín… Todos ellos forman el “Carro de los jóvenes” y se miden cada tarde con las figuras buscando seguir creciendo como toreros y logrando ocupar el espacio que merecen en el escalafón. La afición se ha dado cuenta de la necesidad de esta sana competencia, y ya se piden carteles que alternen las grandes figuras con las jóvenes promesas que están llamadas a mandar en el escalafón en los próximos años.

Madrid también ha marcado un punto de inflexión muy importante esta temporada, y es que desde el comienzo pisó fuerte. Primero fue Curro Díaz, quien demostró que los años no le pesan si no que le aportan poso y torería. Luego fue David Mora quien regresaba tras el fatídico percance de dos años atrás, y regresó a lo grande, triunfando como lo hacen las grandes figuras, desorejando a su toro tras una faena que puso a Las Ventas en pie y emocionó más de uno. Faena de poder a poder donde el madrileño dejó salir ese cantaor flamenco que todos los toreros llevan dentro para hacer una faena de canto grande. Más adelante José María Manzanares realizó una faena antológica sobre la mano izquierda con la que logró alzarse con la mejor faena de San Isidro 2016. Por último, se hizo justicia con Javier Jiménez que cortó una oreja a cada uno de su lote tocando la gloria en Madrid.

Otro punto del que no podemos olvidarnos es la sentencia del Tribunal Constitucional que anulaba la prohibición de los toros en Cataluña, se confirmaba así el triunfo de la justicia frente a la injusticia de aquellas personas que tratan de arrebatar a nuestro país una de las arterias culturales que nos definen. Ya solo queda esperar a tres hombres vestidos de luces atravesando el albero condal para medirse a los seis toros de la justicia. En ese momento se consumará el triunfo de la justicia frente a la tan absurda injusticia.

No podemos olvidarnos de aquellos que este año nos abandonaron y que estarán siempre en nuestro recuerdo: Renatto Motta, Rodolfo Rodríguez “El Pana” y Víctor Barrio. Un año duro, en el que las incredulidades de los sucesos han unido, más si cabe, a todo el sector taurino. Estos tres hombres han marchado al cielo de los toreros desde donde velarán por cada uno de los profesionales del mundo del toro. Sabemos que nunca caerán en el olvido porque para todos los aficionados al mundo del toro se han convertido en iconos de la tauromaquia, han entrado en ese espacio de nuestro corazón en el que ya estaban maestros de la talla de “Paquirri”, “El Yiyo”, “Antoñete” … Será imposible olvidarlos porque… Son héroes, que sabiendo las consecuencias que podría tener su profesión lucharon por hacerla más grande, porque para ellos, la tauromaquia, era y es la profesión más bella en el mundo, y era la profesión a la que quisieron dedicar su vida. Renatto, “Pana” y Víctor, ¡Gracias!, ¡Gracias! Y ¡Gracias!, vosotros habéis mostrado la cara más amarga de esta profesión, y al mismo tiempo, habéis demostrado la grandeza del toreo, el único arte en el que se baila con la muerte, donde, contra más te ciñas el peligro, mayor es la gloria, habéis demostrado por qué los toreros estáis hechos de otra pasta. Como decía el filósofo, dramaturgo y novelista, Fernando Savater: «Sí, en el toreo está presente la muerte, pero como aliada, como cómplice de la vida: la muerte hace de comparsa para que la vida se afirme». ¡Siempre en nuestro recuerdo, siempre presentes, VIVA LA PROFESIÓN Y LA CULTURA MAS BELLAS DEL MUNDO!!!!

Feliz año 2017

Imagen 1: Youtube

Imagen 2: Sí Al Arte De La Tauromaquia

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