Uriel Moreno «El Zapata» sufrió ayer una escalofriante cornada al ser prendido por su primer toro, de la ganaderÃa Santa Fe del Campo, cuando ejecutaba su primer par de banderillas.
La cornada se produjo en la plaza de toros de El Relicario donde actuaba junto a Pablo Hermoso y Diego Silveti. El toro prendió al diestro en la zona abdominal al poner su primer par de banderillas produciéndole una cornada de 45 cm «con exposición del paquete intestinal, secciona arteria femoral y safena». Rápidamente fue trasladado a la enfermerÃa de la plaza donde fue estabilizado por el doctor Herctor Aquino y asà ser trasladado al hospital los Ãngeles de la Puebla para la intervención quirúrgica.
» El Zapata» ya está en planta y descansando tras la importante intervención. El equipo médico se encuentra muy pendiente de su evolución para evitar la aparición de infecciones que puedan complicar la evolución favorable que el torero está teniendo hasta ahora.
Imagen |Â Mundotoro
1 comentario
CORNADA
¿Recibir una cornada?,
a mà no me importa nada,
vengo al ruedo por el triunfo
de los Dioses del Olimpo.
Siempre buscando la gloria,
forjando fiel trayectoria,
plasmo mi verdad taurina,
que en el arte se origina.
Valor, arrojo, hombre fuerte,
confiadÃsimo en la suerte,
me cuida La Virgencita,
mi vida lo necesita.
Arrimado, más que nada,
¿qué me importa una cornada?,
pitones, rocen mi traje,
del miedo, hoy, me sustraje.
En los gajes de un oficio,
que da cielo o precipicio,
cortando rabo y orejas,
logrando indulto, sin quejas.
Defiendo mi tauromaquia,
realidad, festejo, magia,
me gusta astado cinqueño,
bravo, de casta, de ensueño.
Con más de quinientos kilos,
que levante los suspiros,
más de media tonelada
que, a mÃ, no me importa nada.
Soy espada, el más osado,
¡madre mÃa!, toro pasado,
muy cerquita de mi vientre,
Dios proteja al que lo intente.
¡Qué un olé, surque los vientos!,
las palmas sean mis alientos,
de una afición sublimada,
por el toreo enamorada.
Banda de Música, suene,
que un paso doble, resuene,
soy torero de fortuna,
de los cuernos de la luna.
Viendo llenos los tendidos,
por seres bien entendidos,
en cuestiones de la lidia,
con decoro, sin perfidia.
¿Qué pierdo, al perder la vida,
sufriendo mortal herida?,
revolcado, lastimado,
nunca, jamás me he rajado.
Piel surcada, por raÃces,
sangrantes mis cicatrices,
cosidas llevo las venas,
de un hilo penden mis penas.
Aunque sufra otra cornada,
a mà no me importa nada,
mas que cimbrar una Plaza,
soy alma que no fracasa.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Dedicado al Sr. Carlos Campos, fiel amante de la fiesta brava.
Reg. SEP Indautor No. (en trámite)