El joven novillero Manuel Román cumplió con las expectativas en su encerrona en la plaza de toros de Córdoba. Cuatro orejas que le ponen cada vez mayor pinta de niño prodigio, sà es que no la tiene ya.Â
Cuatro trofeos, dos en el sobrero de regalo, que dieron una dimensión mayúscula de este joven espada. Su nombre comenzó a sonar con fuerza durante su etapa sin caballos, pero ya en el siguiente escalafón, no hace más que sonar con mayor fuerza.
La tarde cordobesa dejó la sensación de que el torero tiene mucho más que mostrar de lo que pudo expresar en el ruedo. Algo que parece fácil de decir, pero que no lo es. Menos aún con cuatro orejas en el esportón… pero es que las cualidades que mostró el joven torero asà lo dejan patente: Manuel Román tiene todos los requisitos para ser considerado un prodigio.Â