Durante la lidia del quinto novillo de la tarde en Cenicientos, Francisco Montero fue prendido cuando toreaba al natural. El animal le propinó una cornada en el muslo izquierdo, de la que el novillero se repuso hasta estoquear al astado.
Una vez pasaportado, acudió a la enfermería para un examen más completo que reveló una cornada de dos trayectorias en el muslo izquierdo: «Durante la lidia del quinto toro, Montero ingresa en la enfermería por una herida por asta de toro en tercio medio del muslo izquierdo con dos trayectorias: la primera que afecta al vasto interno de unos 10 centímetros y otra externa en trayectoria ascendente sin afectación muscular de unos 6 cm».
Además, el espada queda pendiente de un estudio radiológico que confirme sí sufre una fractura a la altura del antebrazo.
El banderillero José Luis Neiro recibió una cornada de dos trayectorias cuando trataba de apuntillar al cuarto toro de la tarde. En un duro derrote, el animal le prendió a la altura de la axila en unos momentos de gran tensión en el ruedo por la situación.
Trasladado a la enfermería fue atendido de una herida de toro con dos trayectorias, una de ellas de unos 15 cm: «Dos cornadas en la axila: Una hacia arriba ascendente y otra descendiente de unos 15 cm que contusiona paquete nervioso. Se traslada al hospital de Albacete«.
El festejo de recortes celebrado ayer en Cercedilla, estuvo a punto de entrar en la historia negra de la tauromaquia. El recortador Daniel Gamo, resultó herido máxima gravedad al recibir varias cornadas en la zona de la axila y tórax; además de otra que afectó a la arteria femoral. En el quirófano móvil lograron estabilizarlo y salvar su vida, antes de ser trasladado en helicóptero al hospital madrileño de Puerta de Hierro, donde aguardaba otro equipo médico que ha logrado situar al recortador fuera de peligro.
El festejo fue interrumpido ante la gravedad del percance y al término del festejo, el triunfador entregó al equipo médico del quirófano, el trofeo de vencedor del concurso. Un gesto que honra no sólo a Dany Alonso, triunfador del festejo, sino a toda la tauromaquia recordando los valores que rigen el mundo del toro. Un gesto de reconocimiento a esos ángeles del toreo que aguardan en los chiqueros de la enfermería para velar por la vida de quiénes se miden al toro.
Hoy, solo queda desear un pronta recuperación a Daniel Gamo y dar las gracias a los dos equipos médicos que salvaron la vida del recortador; sois parte fundamental de esta fiesta tan grande que se llama tauromaquia.
La ganadería de Santiago Domecq se ha convertido en uno de los hierros más en forma de la cabaña brava española en los últimos años. La dedicación del ganadero y las buenas formas le han llevado a lo más alto. Prueba de ellos fue el detalle de la ganadería tras el escaso juego que generó el cuarto de la tarde en Algeciras. Acudieron al desolladero a comprobar sí había alguna explicación para la invalidez del astado. Allí descubrieron una gran bolsa de pus en la zona de los riñones.
El propio ganadero, a través de redes sociales ha explicado las conclusiones y el procedimiento: «No nos gusta poner excusas pero si analizar los resultados para intentar mejorar. Nos preocupó la invalidez del 4 de la tarde de Algeciras, por ello fuimos al desolladero, allí vimos que el animal tenia grandes bolsas de pus en la zona de los riñones. Una auténtica pena.
Según nuestro veterinario puede ser una cornada interna o una lesión de joven. Si lo hubieran devuelto seguramente hubiera muerto en los corrales«.
«El Adoureño» ha pasado por los micrófonos de RAInformación para analizar los instantes posteriores a la grave cornada que sufrió en Orthez.
«Tenía dos cornadas, y salió el pitón. Me dijeron que me tumbara y me pasé 40 minutos tumbado sin que me hicieran nada. Se me vino a la cabeza lo de Fandiño. No sabían qué hacer y mi apoderado se tuvo que enfadar: querían esperar a que acabara la corrida porque sino tenía que suspenderse».
Una cornada que ha generado una fuerte polémica, al tener que suspenderse el festejo por falta de equipo médico. Los galenos tuvieron que acompañar a «El Adoureño». Ahora, ha sido el propio quién ha anulado lo sucedido:
«Lo pasé muy mal. Tenía mucho frío. Me castañeaban los dientes y mi banderillero me tuvo que echar una manta por encima. Llevo meses oyendo que en Francia cuesta encontrar equipos médicos pero no sé cuáles son las razones, lo que sé es que se han suspendido festejos por falta de equipo médico».
Finalmente, ha querido denunciar los sucedido para que no se vuelva a repetir ningún otro grave suceso en territorio galo:
«He tenido que servir de prueba para que la gente sepa lo que ha ocurrido. Si sirve de algo, bienvenido es. El cirujano que me operó es urólogo, para que veáis la gravedad de lo que ha pasado. Creo que no estoy haciendo ningún daño, solo estoy contando lo que me ha pasado porque tengo la suerte de seguir vivo. No quiero que vuelva a pasar».
Tras el gravísimo percance de El Adoureño ayer en Orthez, Francia, se ha conocido el alcance de la lesión, tras ser intervenido quirúrgicamente en el Hospital de Dax.
Se trata de dos amplias trayectorias: La primera y menos extensa roza, la arteria femoral sin contundirla ni lesionarla y se sitúa entorno a los trece centímetros; con orificio de entrada y de salida. La segunda, suma un total de treinta centímetros sin lesiones vasculares importantes, aunque sí musculares y llega hasta el abdomen.
Según publican medios locales, el torero ha pasado la noche sin fiebre, pero con el dolor propio del percance. Además, tendrá que guardar diez días de reposo, lo que le hará perderse su próxima cita en Pozuelo de Calatrava.
El Adoureño ha sido gravemente corneado durante el festejo celebrado en Orthez. El diestro toreaba con la muleta, cuando el animal le ha propinado un duro derrote en su pierna izquierda; a pesar del intento por parte del torero de permanecer en el ruedo, sus compañeros le han trasladado rápidamente a la enfermería.
Las primeras informaciones hablan, a falta de parte médico oficial, de una extensa y fuerte cornada en el muslo izquierdo que ha pasado muy cerca de la femoral.
El equipo médico del coso se trasladó junto al espada al hospital, lo que obligó a la organización a suspender el festejo por falta de equipo médico en la enfermería de la plaza.
Eusebio Sacristán ha resultado corneado en el festejo de recortes celebrado en Medina. Corría el cuarto de la tarde cuando «Use» se disponía a realizar un quiebro por encima del astado cuando este le alcanzó a la altura del glúteo.
A pesar de que la cornada ha llegado a afectar el nervio ciático, no ha requerido de ingreso hospitalario, por lo que tras el paso por la enfermería fue derivado a su domicilio donde va a continuar con su recuperación.
Han pasado dos años desde que Román Collado estuviese a punto de perder la vida en la plaza de toros de Las Ventas. Fue un 9 de junio del 2019, cuando el espada valenciano entró por la vía de la sustitución en la corrida de Baltasar Ibán. Cerca de las ocho menos veinticinco de la tarde, el diestro valenciano se cuadraba delante de «Santanero I», el primero de su lote y el tercero de la tarde, para entrar a matar. El animal le prendió de manera dramática a la altura del muslo derecho, quedando unos inacabables momentos del pitón del animal.
Desde el primer momento se supo de la gravedad del percance y la sangre manaba a presión del muslo abierto del torero valenciano. A partir de aquí el miedo y la angustia se hicieron presentes en el ruedo venteño, hasta que de la enfermería comenzaron a salir buenas noticias, aunque siempre con la conciencia de la gravedad del percance. Los tendidos se helaron y un sonoro silencio se instaló en los tendidos de la capital mundial del toreo.
A media noche, el torero tuvo que ser intervenido de nuevo al serle detectada una trombosis en la pierna afectada. Empezaba aquí un largo y tortuoso camino de recuperación que ha mostrado la personalidad de Román tal y como es: ALEGRE.
Sorprendió la rueda de prensa en el hospital con un torero sonriente que se atrevió incluso, con alguna broma. Un joven que acababa de vencer a la muerte con el único arma de su sonrisa, la fuerza y sus ganas y, por supuesto, las manos de todos los galenos que atendieron al valenciano.
Una tarde en la que no se guardó nada frente a un toro de bronco, de comportamiento violento y que propició un durísimo tercio de banderillas. El torero lanzó la moneda al aire y se jugó la vida a cada pase, en cada desplante y en la suerte suprema, donde apareció la cara más dura de la tauromaquia.
Un joven que en su reaparición demostró no haber perdido su lugar en el ruedo, pisando unos terrenos que muy pocos en el escalafón se atreven a pisar. Un torero de sonrisa grande y de aplomo mayor que aún tiene mucho que decir en el toreo.
Manuel Perera ya tiene fecha de reaparición tan solo 27 días después de casi perder la vida en la plaza de toros de Vistalegre. El joven sufrió una gravísima cornada en el vientre que le provocó evisceración de los intestinos y la estancia en el hospital por tiempo de una semana. Ahora, volverá a enfundarse el chispeante para participar en la tercera clasificatoria del Circuito de Novilladas de Andalucía, en la plaza de toros de Cazorla.
«Nos marcamos el objetivo de Cazorla y eso ha sido clave para recuperarme. Tengo muchas ganas de que llegue ese día porque es un circuito muy importante y donde espero no fallar a las personas que confiaron en mí«. El joven espada ha pagado un altísimo peaje en su camino hacia el toreo, pero se muestra muy ilusionado con su regreso a los ruedos.
Sobre el percance reconoce intentar no pensar mucho en ello, al igual que el resto de los toreros, las cornadas no son temas de buen gusto de conversación: «Recuerdo que me agarré con las manos las tripas, el paquete intestinal, pero lo hice por instinto, en ese momento no lo sentí. Es algo por lo que tenemos que pasar todos los que queremos ser toreros».
Un cartel en el que estará acompañado por Miguel Polope y Christian Parejo, que se medirán a novillos de las ganaderías de Martín Lorca y Hnos Collado Ruiz.