La tauromaquia en Colombia se ha visto gravemente afectada estas últimas temporadas, con mención a parte para lo sucedido estas últimas semanas. Con contÃnuos ataques, con Cali y Manizales bajo la lupa de los colectivos y administraciones animalistas… la libertad se ha impuesto a la censura.
A comienzos de semana, la Corte Constitucional de Colombia ordenaba el regreso de los toros a Bogotá. Una ciudad que no pudo celebrar su tradicional feria de 2012 a 2017 ante la prohibición de dar toros de Petro y que celebró su último festejo en 2020, antes de que se prohibiese la muerte de las res en el ruedo.
La sentencia reestablece la actividad taurina en la capital colombiana, además de obligar a reabrir el proceso licitatorio de manera inmediata. Esto quiere decir que la plaza SantamarÃa podrÃa volver a acoger espectáculos taurinos en cuanto se termine el proceso de licitación.
La victoria ha sido acogida con gran entusiasmo por los aficionados y profesionales del sector, quiénes ven en el fallo de la Corte Constitucional un triunfo de la libertad. Ahora, queda el argumento por delante más importante, volver con los tendidos llenos, sin dar opción a los anti taurinos.
Ante la delicada situación que vive la fiesta en el paÃs, todas las figuras deben hacer un importante esfuerzo y acudir sin dudas al reclamo de la libertad; alternando con los toreros de la tierra y devolviendo a este emblemático coso la solera y el valor cultural que posee. En este mismo punto, la presencia de José Tomás podrÃa ser el revulsivo suficiente para demostrar el músculo que posee la fiesta en el paÃs.
El diestro de Galapagar deberÃa tener el deber imperativo de ofrecer sus servicios a la nueva empresa. José Tomás sigue siendo y será el torero de las masas y su presencia dejarÃa una constancia patente del músculo que tiene la tauromaquia en el paÃs.