Categoría: Entrevistas

  • Curro Díaz: «El toreo es una imperfección única»

    Curro Díaz es uno de esos toreros con un concepto artista y de toreo clásico con ese punto de poso y añejo que no hay que perderse en esta Feria de Otoño. Trenzará su tercer paseíllo esta temporada en Madrid y lo hará frente a un reto al que nunca se había enfrentado en sus más de veinte años de alternativa: lidiar la corrida de Adolfo Martín en esta plaza. Será el domingo 6 de octubre junto a López Chaves y Manuel Escribano.

    El torero de Linares (Jaén) cortó una oreja el pasado San Isidro a un toro de Baltasar Ibán. Ha dejado en este 2019 tardes importantes como la de Bilbao ante los toros de Victorino, en Málaga, Santander, Azpeitia y Nimes, entre otras plazas.

    Sentidas son sus reflexiones previas a esta cita : «Todos los cambios para bien que ha habido en mi vida ha sido en Madrid. No puedo decir que no nunca a Madrid. Una temporada que ha sido de retos y el estar en Madrid ante los toros de Adolfo para mí es uno más y creo que un atractivo. Este año he matado en Madrid la de Zalduendo, la de Baltasar Ibán y voy a acabar con la de Adolfo. A un torero que entre comillas era artista, medroso y que no tenía ambición hace unos años y ahora nadie duda de lo que ha pasado. El toreo es una imperfección única, tenemos que tener personalidad hasta para tener defectos».

    Venta de entradas sueltas
    Ya puedes conseguir las entradas sueltas para todos los festejos de la Feria de Otoño a través de www.las-ventas.com o en las taquillas de la plaza de toros en horario de 10 a 14h. y de 17 a 20h.

  • Todos a hombros en Abarán

    Miguel Ángel Perera fue el gran triunfador al desorejar a los dos astados de su lote. El segundo de la tarde fue un buen toro al que el extremeño cuajó de principio a fin, desde el capote hasta la suerte suprema. La faena fue completa y maciza realizada en los medios y acabó con circulares y toreo de cercanía. Se pidió el indulto para el toro Mariscal, pero Perera entró a matar de buen volapié, aunque finalmente tuvo que descabellar. Cortó dos orejas y al toro le dieron la vuelta al ruedo en el arrastre.

    Mejor estuvo Perera, si cabe, en la faena al quinto. Brindó de nuevo al público y comenzó toreando en redondo con las dos rodillas en tierra, sufriendo una fea voltereta. Volvió a la cara y siguió toreando de rodillas, enardeciendo al público. Ya de pie dio dimensión de gran figura, ligado series muy ligadas y de total dominio. El final de faena fue de valor metido entre los pitones. Mató bien y cortó otras dos orejas de ley.

    Enrique Ponce tuvo dos toros con nobleza pero poca transmisión a los que supo entender hasta triunfar con ellos. En su primero toreó con mucha suavidad en una faena de medias alturas, en la que fue afianzando al animal. Cortó otra oreja del cuarto, toro noblote al que supo buscarle las vueltas para hacer un toreo con compostura y sacar todo de su enemigo. Mató de pinchazo y estocada y amarró la Puerta Grande.

    Paco Ureña hizo lo mejor de su tarde en el sexto, al que desorejó. Este toro fue brusco pero el de Lorca supo atemperarlo a base de buen oficio para acabar metiéndolo en la muleta y torearlo al natural con mucha verdad, incluso abandonado. Cerró con manoletinas y mató de pinchazo y media sin puntilla. El primero de su lote fue un toro reservón que no le dejó lucir a pesar de que estuvo dispuesto Ureña.

    FIRMA DE LAS FOTOS: SOTOMAYOR / TOROS SURESTE

    FICHA:

    Seis toros de Santiago Domecq, bien presentados y de juego desigual. El segundo fue premiado con la vuelta al ruedo.

    Enrique Ponce, oreja y oreja.
    Miguel Ángel Perera, dos orejas y dos orejas
    Paco Ureña, ovación y dos orejas.

    Casi lleno.

  • Juan Ortega: «Le tengo puesta mucha fe a esa tarde»

    El próximo 28 de septiembre Juan Ortega trenzará su cuarto paseíllo de la temporada en la plaza de toros de Las Ventas. El sevillano es un torero muy del gusto de Madrid; un privilegiado cuya esencia va más allá de una manera singular de interpretar el toreo. El diestro de Sevilla intentará ponerle la guinda a un año que le ha abierto las puertas de grandes ferias tanto en España como en Francia. Destacadas faenas dejó en plazas como Gijón, Málaga y Bayona. El pasado 15 de agosto hizo vibrar con naturales a los tendidos de Madrid. Juan Ortega atendió a Plaza 1 después de la sesión fotográfica que se llevó a cabo para la campaña de la Feria de Otoño.

    «Tengo mucha ilusión por ir a la Feria de Otoño. Le tengo puesta mucha fe a esa tarde y necesito que las cosas rueden como a mi me gusta y como yo lo siento. El 15 de agosto sentí que Madrid había conectado con la faena, la gente sintió lo que yo estaba sintiendo delante del toro. No quiero que todo sea perfecto, algo bello, sino que me gusta preocuparme de las cosas pequeñas y al final el resultado que sea lo que tenga que ser».

    Venta de entradas sueltas
    Ya puedes conseguir las entradas sueltas para todos los festejos de la Feria de Otoño a través de www.las-ventas.com o en las taquillas de la plaza de toros en horario de 10 a 14h. y de 17 a 20h.

  • Juan Leal: «Espero que este año me toque a mí»

    Juan Leal es otro de los jóvenes que se ha ganado con triunfos y sangre su presencia en esta Feria de Otoño. Hará el paseíllo el próximo sábado, 28 de septiembre, junto a Daniel Luque y Juan Ortega ante toros de Puerto de San Lorenzo/La Ventana de El Puerto.

    El torero francés tomó la alternativa en 2013 y en esta temporada es cuando realmente se ha hecho hueco en la temporada española tras dar la cara en los compromisos donde ha toreado. En Las Ventas toreó el 25 de mayo la corrida de Pedraza de Yeltes cortando una oreja tras faena de valor y en la que recibió una cornada de 25 cm. Madrid pudo verlo y disfrutarlo y luego vendrían importantes tardes en Pamplona, Azpeitia, San Sebastián, Ciudad Real, Bilbao donde cortó dos orejas y Nimes abriendo la Puerta de Los Cónsules.

    Juan Leal llega en su mejor momento y así lo expresa: «más que valor lo llamaría entrega. Han salido las cosas esta temporada y queda una cita muy importante que es la de Otoño. Es un cartel muy apetecible con unos compañeros que admiro mucho y una ganadería que sobre el papel debe de embestir. Los toros de Puerto de San Lorenzo han proporcionado muchos triunfos a muchos toreros y espero que este año me toque a mí».

    https://vimeo.com/362254940

  • Daniel Luque: «Esta plaza es una locura, cabe todo»

    La tauromaquia de Daniel Luque ha encontrado en este 2019 un trampolín para su carrera tras haber podido cosechar importantes triunfos en plazas de toros como las de San Fernando, Azpeitia, Ciudad Real; o cosos franceses como los de Vic-Fézensac, Aire Sur L`Adour, Bayona, Dax o Nimes. Ahora, el torero de Gerena vuelve a la plaza de toros de Las Ventas para refrendar un año que ha vuelto a colocarle entre esa nómina de toreros que persigue el aficionado. Luque atendió a Plaza 1 durante la sesión fotográfica que se llevó a cabo para la campaña publicitaria de la inminente Feria de Otoño.

    https://vimeo.com/362061200

  • El Cid se sincera en una entrevista ante su despedida de Las Ventas

    Manuel Jesús Cid Salas, conocido como «El Cid» se despide esta Feria de Otoño de los ruedos. Será su última tarde ante una afición que se ha emocionado con su toreo en repetidas ocasiones. El torero de Salteras (Sevilla) se crió en una familia humilde y trabajadora en la que todos ayudaban en el negocio familiar de envases de leche. Cogió la afición taurina de su padre y aunque su hermano también quiso ser torero, Manuel Jesús tomó la delantera y con gran sacrificio y sin contactos en la profesión se ganó un sitio dejando un nombre propio en el toreo de las dos últimas décadas. Torero de Madrid, tomó la alternativa en Las Ventas, y de tantas otras plazas de nuestra geografía. Tardes de ensueño en nuestra plaza, también tardes en las que él reconoce que no estuvo a la altura de Madrid pero siempre dando la cara con respeto y admiración a la afición venteña. El día 4 de octubre trenzará su último paseíllo en Madrid y hay que devolverle esa entrega que siempre dejó en la plaza. Lo más difícil para un artista, para un torero, es transmitir emociones y hacer sentir, y Manuel Jesús El Cid lo ha conseguido en numerosas tardes.

    20 temporadas completas, 20 años seguidos toreando en Madrid sin pausa, ¿guardas en tu memoria todos los paseíllos en Las Ventas?
    Madre mía, ahora que me lo dices no ha pasado un año sin estar en Madrid. Son recuerdos muy bonitos y muy buenos. Ha sido la plaza más importante de mi carrera, la plaza que me lanzó, la que me consagró y además de estar anunciado estas 20 temporadas en Madrid lo he hecho en repetidas ocasiones varias de las temporadas. Me ha marcado en mi vida profesional muchísimo.

    Por circunstancias de cada torero, hay veces que quizás por estrategia, muchos dicen no a una Feria de Otoño, a determinada ganadería… ¿Alguna vez has dicho no a venir a Madrid?
    Nunca, de verdad te lo digo, nunca he dicho no a Madrid. En determinada temporada he llegado incluso a venir cinco veces a Las Ventas cuando podía haber toreado dos y tan tranquilo pero me lo ofrecían y yo encantado. Algunas veces salían bien las tardes, otras no pero siempre he dado la cara en Madrid y he dado lo que he podido en cada momento. No solamente nunca he dicho que no a venir a Madrid, sino que nunca he puesto pegas a ningún cartel y a ninguna corrida. He matado todo tipo de hierros y yo creo que casi todos los años han contado conmigo en la corrida de Victorino cuando podía haber elegido otro hierro. Madrid me ha merecido un respeto máximo, la plaza necesaria para todos los toreros y para que llegue el triunfo, hay que estar ahí.

    Tu mejor y tu peor momento en esta plaza.
    Mis mejores momentos fueron los años 2004-2007, fueron los años que marcaron mi carrera taurina, puesto en todos los sitios y matando muchas corridas de toros, fueron mis primeros años esenciales y necesarios en los que había que triunfar sí o sí. Años en los que lanzaba la moneda al aire y afortunadamente siempre salía cara. He vivido años en los que las cosas no han salido, sobre todo a partir de 2010 con la muerte de mi padre en tardes aciagas en las que no ocurría nada y no estuve al nivel que Madrid requería. Siempre he tenido el respeto y el cariño de Madrid, cuando me ha tenido que ayudar lo ha hecho y cuando me ha tenido que exigir me ha exigido también. En el cómputo general son muchos más los buenos recuerdos que los malos.

    Si yo te digo «Las Ventas», ¿cuál es el primer recuerdo que se te viene a la cabeza?
    Recuerdo mi vida, recuerdo cuando yo me fui de joven a Madrid de novillero e iba todos los domingos a la plaza. Mira que yo vivía en el Paseo de Extremadura, en Puerta del Ángel, pero me iba andando hasta Las Ventas, un paseíto. Me agradaba ir con esa ilusión y me quedo con una tarde en concreto, fue una tarde muy especial que fue la despedida del maestro Antoñete. Lo admiré siempre mucho como torero y como persona y me acuerdo que ese día mató dos toros de Las Ramblas. Siempre quedará en mi recuerdo cuando yo empezaba y fue y será por siempre un maestro y reflejo de muchos toreros. Tenía una forma de interpretar el toreo muy especial, de distancias largas, toreo profundo, con trazos largos y un empaque muy personal.

    ¿Fue el maestro Antoñete tu modelo a seguir?
    Fue uno de los toreros en los que me fijé mucho de novillero. También otro torero que ya no toreaba cuando empecé que fue Paco Camino, otro de mis espejos en los comienzos.

    Me hablabas que de joven te viniste a Madrid a buscar la oportunidad, a formarte en tus inicios, ibas a la plaza y conoces bien la afición y los gustos de Madrid. ¿Qué quiere ver la afición de Madrid? ¿Qué hay que darle para conectar con ella?
    La afición de Madrid es muy peculiar y muy particular. Peculiar en el sentido que se fija mucho en los detalles y una afición que lo que más te agradece es la actitud. Cuando tu tienes una actitud positiva y buena delante de los toros y en una tarde importante ven ellos que vienes a darlo todo, es un público muy agradecido. Tan agradecido que muchas veces no tiene que ser una faena de dos orejas, tiene que ser una faena que transmita emociones pero sobre todo eso, que vean que vienes a Madrid a darlo todo. Lo que tiene también la afición de Madrid es que es muy justa y no tienes que ser figura para que conecten contigo si tú se lo das todo.

    Hablabas de hacer sentir emociones. Muchas han sido tus tardes para el recuerdo en Madrid. La más reciente una tarde de Otoño de 2013 a ese toro de Victoriano del Río de nombre «Verbenero» ¿uno es consciente en ese momento de lo que logra transmitir?
    Aquel día compartí la tarde con Iván Fandiño que venía dos tardes a Otoño, estaba en su mejor momento y aquel día cortó una oreja. Yo cuajé una de las mejores faenas de mi carrera y si no llega a ser por la espada le hubiera cortado las dos orejas.

    Uno renueva su carnet de aficionado a los toros con faenas así.
    Es que se necesitan esas faenas para motivar la afición. Mis mejores faenas en Madrid han sido siempre las que he pinchado, la espada ha sido mi sino. Tengo dos Puertas Grandes de Madrid pero podía tener ocho o diez. El público de Madrid tiene muchísima memoria y sabe que El Cid ha dejado tardes para el recuerdo. Son faena que consiguen hacer afición y eso es lo que más te llena como torero y como profesional.

    ¿Se retira El Cid satisfecho y pleno de los ruedos?
    Sí, me voy muy contento de lo que he llegado a conseguir en el mundo del toro. Me voy quizás con un sabor agridulce porque dejo a lo que he dedicado toda mi vida, he vivido por y para el toro y me voy satisfecho. Cuando uno empieza tiene sueños como el compartir cartel con las figuras del momento y yo afortunadamente lo he llegado a conseguir. El Cid salía de la nada, yo no era nadie, no tenía contactos y el primero que creyó en mis posibilidades fui yo mismo. No me aburría ni en las tardes buenas ni en las tardes malas y siempre tuve la cabeza bien amueblada. Cuando termina una tarde empieza otra y siempre tuve claro que los triunfos que iban llegando eran el camino y no la meta, en este mundo y en esas plazas hay que dar la talla constantemente. Eso marca la diferencia entre llegar a ser figura o ser un buen torero y quedarte ahí.

    ¿Se saborean más los triunfos cuando uno viene de una familia humilde y sabe que ha llegado a lo más alto con gran sacrificio?
    Por supuesto, mucho sacrificio y mucha disciplina. Uno tiene que vivir para el toro y cuidarse mucho, yo he celebrado muchos triunfos míos pero hay que ser disciplinado. El toro sale todos los días con cuatro años y no sabe si tú el día anterior has estado de cachondeo. El que paga quiere ver a un torero en su plenitud y verlo bien por eso lo más importante de todo esto es la disciplina, el entrenar todos los días y el estar preparado al 100%. Es un ciclo que hay que repetir día a día y mejorar año a año tu concepto y tu forma de torear. Cuando uno aprende de los errores y consigue superarlo se siente realizado y de eso trata la carrera de un torero. Los momentos malos vienen y ahí es cuando uno no tiene que aburrirse y renovarse. Todo pasa y cuando llega una buena racha hay que aprovecharla y cuando llega la mala hay que intentar mentalmente pasarla lo más rápido posible.

    Tras veinte años en los ruedos en primera línea, ¿es fácil renovarse?
    No queda otra y más en esta profesión, una profesión que depende de ti un porcentaje y el otro tanto por ciento depende de un animal que sale por un chiquero, cada día es distinto y tienes que acoplar y amoldar tu toreo a ese toro. Si uno espera el toro suyo para desplegar su toreo es que hay a veces que no sale y llegan las plazas importantes y hay que dar la cara y cortar las orejas. No toca otra, o triunfas para volver al año siguiente o es difícil volver conforme está el sistema, a veces ni con esas.

    Has triunfado en las plazas más importantes, te vas como torero de Madrid, de Sevilla, de Bilbao, has pisado todas las plazas de segunda, ¿te ha faltado algo?
    No lo sé, mi talón de Aquiles siempre ha sido la espada y me ha faltado esa contundencia para rematar grandes faenas y mantener esa regularidad. Las rachas buenas vienen y te sale todo pero cuando viene una mala, ahí es cuando se acentúan tus defectos. Tu mente está en un lado y el traje de torear en otro por eso si hay que ser autocrítico, a mí me ha faltado en los malos momentos esa contundencia que sí que tienen otros toreros. La espada es el mayor «tapabocas» que hay, mis triunfos grandes han venido en buenas rachas con la espada y a lo mejor he echado de menos eso. He sido un buen torero pero no he sido un buen matador de toros, mi defecto ha sido la espada. A base de entrenar y entrenar he mejorado pero me voy con esa espina. Imagínate lo que hubiera supuesto esas tardes en Madrid en las que la espada no entró… hay que aceptarlo.

    Este año harás muchas entrevistas para recordar y repasar tu trayectoria y te preguntarán por la espada, por Madrid y las faenas que se han ido. En este caso has sido tu quien directamente ha sacado el tema y no sé si te da rabia o si te molesta que se te pregunte constantemente por la espada.
    No, no, que va, no me molesta, al revés. Fíjate, me lo comentaba mucho el maestro Antoñete y me gustaba mucho hablar con él, hablábamos de la espada, de las malas rachas, le decía que no sabía ya como tirarme, que los pinchaba mucho. Manolo Vázquez, que en paz descanse también me lo comentó en Bayona cuando le corté el rabo al Victorino que el primero lo pinché y venía de una racha malísima con la espada y escuchaba a todo el mundo dándome indicaciones, ahí ya te volvías loco y en el callejón de Bayona me dijo: «mira Manuel, esto es muy fácil, tienes que buscar tu forma y no escuchar a nadie. La forma de entrar a matar de otros matadores que a ellos les va bien a lo mejor a ti no te va bien. Tienes que encontrar la forma tuya donde te encuentres cómodo y sobre todo matarlo a la primera y no a la última», y llevaba toda la razón del mundo (risas). Son comentarios que te llenan mucho artística y profesionalmente. El maestro Antoñete me decía muchas veces que uno sueña con llegar a ser figura del toreo, mandar en el toro y estar puesto en todas las ferias. Me decía: «Manuel, ser figura del toreo es muy importante y muy bonito pero lo más bonito del mundo del toro es que te recuerden como un gran torero. Los figuras del toreo van y vienen pero los grandes toreros perduran durante la historia del toreo». Y ahora te das cuenta que esas palabras sabias de un gran torero y de una gran persona pues llevaba razón. Prefiero ser un gran torero a llegar a ser una figura del toreo dos, tres o cuatro años. Pero el gran torero siempre quedará ahí y esas faenas perdurarán en la memoria de los grandes aficionados que te han visto.

    Pues habrá que rematar en la Feria de Otoño de este año, en tu despedida.
    Pues vamos a esperarlo, vamos a hacer todo lo posible. Ahora mismo estamos en una racha buena y que siga hasta final de temporada todo lo posible. Para ellos estamos todo el día entrenando y con mucha ilusión.

    Un cartel muy bonito con Emilio de Justo que también goza del gusto de Madrid y de un joven Ginés Marín que viene de hacer una magnífica temporada.
    Exactamente, fíjate que Emilio está ahora mismo en un momento extraordinario también, puesto en todos los sitios y llamado a ser una de las figuras de aquí a nada si no lo es ya. Ha hecho méritos más que suficientes para estar puesto en todos los sitios. Además de como torero, como persona y luchador porque también le ha costado mucho llegar a donde está.

    No ha tenido triunfos rotundos ni en Sevilla, ni en Madrid, ni en Bilbao esta temporada pero se recuerdan esas tres faenas como grandes faenas de esos ciclos. Es un poco lo que hablábamos antes de faenas que crean afición y que recuerda el aficionado.
    Sin duda alguna, yo creo que Emilio va a ser una de las grandes figuras del toreo actual. Tiene capacidad para eso además de que es muy buen torero y tiene un corte que le gusta a todo el mundo. Yo cuando toreo con él me encanta verlo porque tiene un gusto tremendo, un muletazo muy bonito y tiene valor para pegarle el muletazo al toro bueno y al regular. Al toro exigente se pone y se los pega. De hecho las corridas de toros que está matando son corridas duras, nunca rehusa a matar ese tipo de corridas porque sabe que tiene capacidad y cree en el mismo, eso es lo más importante tener conciencia de que tu puedes. La capacidad de superación y de creer en ti, eso mueve montañas, es muy complicado y tienes que tener una preparación mental, física y técnica grandiosa y él está en ese momento ahora. De hecho este año en Madrid lo demostró con la de Victorino, cuando salió el año pasado por la puerta grande en Otoño y la temporada que lleva y Dios quiera que la acabe como todos queremos. Y de Ginés también son todas buenas palabras, un joven que tiene una personalidad muy fuerte en su toreo y que no para de subir peldaños en su carrera. Bonito cartel para mi despedida de Las Ventas.

    ¿Y un deseo para esa despedida de Madrid?
    Pues el deseo es que salgan las cosas bien, que la gente disfrute en mi última tarde en Madrid y yo voy a hacer todo lo posible para que así sea. Tampoco hay que pedir más. Lo demás lo tendré que poner yo de mi parte. Cuando uno pisa ese ruedo siempre tiene en mente la Puerta Grande y muchas veces eso te encorseta mucho. Lo más importante de esto es disfrutar y cuando lo haces y pegas quince o veinte muletazos a un toro, esa plaza es distinta a las demás. El concepto que tienen es distinto, como suenan los olés es distinto. Y la Puerta Grande vendrá si tiene que venir, si sale todo redondo pues seguro que va a venir porque eso viene por añadidura de lo que tú has hecho allí y de si ha sido algo importante. Para eso el toro te tiene que acompañar, con un toro que no te permita hacer tu toreo es muy complicado pero si el toro te ayuda estoy seguro de que va a ser una tarde muy bonita. Y es la corrida de toros de Fuente Ymbro donde van a salir toros seguro porque es una ganadería que es encastada y que yo creo que nos viene bien a los tres toreros. Puede ser una tarde bonita para los tres .

    ¿Te va a costar el año que viene no enfundarte el traje de luces?
    Va a costar trabajo claro, porque esto no es una profesión al uso, es una forma de vida, es lo que haces a lo largo de todo el día. Entrenas y vives para el toro y está todos los días pensado en eso, en cuando vas a torear, cuando vas a ir al campo, en ponerte trajes de luces y claro ese vacío que voy a dejar ahora pues lo supliré con otra cosa. Voy a intentar no dejar el mundo del toro, relacionarme en otro ámbito, a lo mejor el año que viene me lo tomo un poco sabático. No sé lo que voy a hacer, disfrutar de mis compañeros, ir a las corridas de aficionado y buscar una alternativa para que no se eche tanto de menos. Está la familia también y hay cosas que lo puede suplir aunque es complicado.

    Bueno un torero nunca será un extorero
    Claro, y muchas veces cuando dices que te vas del toro, a lo mejor te vas de la competición, de intentar estar todos los años en todas las ferias pero toreas algunos festivales, matas el gusanillo, estás en contacto con tus compañeros. Eso es bonito y no lo quiero dejar. Siempre que me han llamado para un festival para ayudar a gente siempre he estado ahí. Además de que me gusta creo que hacemos una labor importante para gente que lo necesita.

  • Perera: «Madrid ha sido la plaza que siempre ha marcado mi carrera»

    Miguel Ángel Perera es el torero en activo que más veces ha conseguido abrir la puerta grande de Las Ventas: un total de seis. El torero de Prior (Badajoz), que también es uno de los triunfadores de la pasada feria de San Isidro, se medirá en un apasionante mano a mano a Paco Ureña el 29 de septiembre. Frente a ellos, toros de distintas ganaderías: Victoriano del Río / Toros de Cortés, Núñez del Cuvillo y Juan Pedro Domecq / Parladé. Perera, cuya imagen nutre la colección de fotografías que componen la campaña desarrollada por Plaza 1 para el ciclo otoñal se sincera antes de Otoño.

    Regresa a Madrid tras una nueva puerta grande en plena feria de San Isidro. Y lo hará para torear mano a mano con Paco Ureña. ¿Se pensó no venir en Otoño?

    Me apetecía venir a la feria de Otoño. Antes de que se fraguara el mano a mano con Ureña, o incluso que existiera el ofrecimiento por parte de la empresa, rondó en mi cabeza el hablar de esta posibilidad con mi apoderado. El destino y las casualidades quisieron que la empresa tuviera esta misma inquietud y nos ofrecieron este mano a mano que me hace muchísima ilusión. Es un reto muy grande. Madrid ya de por sí lo es, en cualquier fecha, pero volver después de toda la temporada pesa más. Hacerlo junto con Paco Ureña, un torero que disfruta del mejor momento de su carrera, es un reto que también me motiva.

    Es el torero en activo con más puertas grandes en Madrid. Un dato nada desdeñable y que hay que tener muy en cuenta.

    Ante todo, es un privilegio. He sido siempre muy querido y respetado en Madrid, aunque también ha habido tardes realmente difíciles porque esta plaza es muy exigente. La plaza de toros de Las Ventas ha sido la que ha posibilitado que mi carrera haya alcanzado momentos importantes y que le hayan dado siempre ese crédito y esa categoría en todo lo que he hecho. Madrid ha sido la que siempre ha marcado mi carrera en este sentido.

    Los dos toreros llegáis en un momento muy importante y de un gran poso en vuestras carreras. ¿Existirá esa rivalidad el próximo 29 de septiembre?

    En un mano a mano siempre se espera que haya rivalidad y uno intenta, o espera, que los toros en este caso de tres ganaderías que dan confianza y que han triunfado en Madrid den opción a esa competencia, a hacer los quites que nos correspondan… Eso es lo que se espera de un mano a mano. Esa es la ilusión y la mentalidad con las que afronto el compromiso. Ojalá que todas las expectativas que se han levantado en torno a esta cita se puedan cumplir en el ruedo.

    Hablamos ahora de la campaña, y es que intenta jugar con un regreso al pasado. Un disparo con el que quedan retratados todos los defectos y virtudes de una instantánea.

    Este tipo de fotografías suponen un arte, exactamente igual que una faena. Es algo irrepetible. No puedes rebobinar, no puedes editar. Las faenas, de igual modo, son obras imperfectas que tienen también una belleza única que solo puedes admirar en su esplendor si estás en la plaza. La campaña recoge perfectamente lo que es la obra de arte del toreo: lo que es un muletazo o un fogonazo en la plaza. La verdad es que es asombroso disfrutar del proceso de creación de este tipo de fotografía ahora que la tecnología ha adquirido un papel protagonista en nuestro día a día. Volver a lo antiguo, a lo tradicional; volver al ingenio del hombre para crear una pieza única es muy bonito.

  • Paco Ureña ante su compromiso de Otoño: «¿Rivalidad? Siempre la hay»

    Paco Ureña es uno de los principales atractivos del abono de esta Feria de Otoño al regresar a la monumental de Las Ventas como triunfador de San Isidro. Lo hará en un mano a mano frente a Miguel Ángel Perera ante toros de Juan Pedro Domecq /Parladé, Núñez del Cuvillo y Victoriano del Río/Toros de Cortés el próximo domingo 29 de septiembre. El torero murciano que está cosechando una gran temporada ha hecho gala de su tauromaquia repleta de pureza y verdad en plazas de toros como las de Valencia, Nimes, Santander, Murcia, Almería o Bilbao, donde protagonizó una tarde que ya forma parte de la historia del toreo al cortar cuatro orejas en una misma tarde. Ureña es uno de los 15 toreros que han posado para la campaña de la Feria de Otoño y mostró sus ganas ante el compromiso de volver a Madrid como triunfador.

    Paco Ureña vuelve a Madrid por la Feria de Otoño y lo hace como triunfador de San Isidro. ¿Nunca dudó en que su presencia en el ciclo estaba garantizada?

    El compromiso es muy fuerte y la responsabilidad tremenda sea cual sea la fecha en la que estés anunciado en Madrid. Contando que este año se han dado las cosas muy bien en San Isidro y que he podido vivir tardes muy bonitas, soy consciente que volver a Las ventas por la Feria de Otoño pesa bastante. No lo he dudado ni un momento, pero es cierto que pesa más que nunca por el enorme compromiso que implica. Creo que los toreros tenemos que aceptar estos desafíos.

    Cuenta ya con 18 tardes Madrid desde que confirmó su alternativa en 2013. Desde entonces, 10 oreja en su esportón. ¿Siente que es un torero de Madrid?

    Tengo que seguir haciendo muchos más méritos para poder considerarme como un torero de Madrid: hacen falta muchos años y más méritos. Soy consciente del cariño que se me demuestra cada tarde en Madrid. Por este mismo motivo aumenta la responsabilidad porque sabes que tu toreo encaja en esa plaza, la más grande e importante del mundo. Todo esto conlleva tener las ideas muy claras y tener siempre presente los méritos que son necesarios para gozar de tal privilegio.

    La fórmula para su regreso ha sido la de un mano a mano con Miguel Ángel Perera, otro torero de Puerta Grande en la pasada feria de San Isidro. ¿Existirá esa competencia, esa rivalidad, que se espera en un mano a mano?

    Par mí será un honor torear un mano a mano con una auténtica figura del toreo como es Miguel Ángel Perera, algo que hace unos años para mí era impensable y más hacerlo en la primera plaza de toros del mundo. ¿Rivalidad? Siempre la hay, pero en mi caso no con los compañeros porque cada uno tiene su Tauromaquia, cada uno tiene su manera de interpretar el toreo, y mi rivalidad es conmigo mismo. Soy mi mayor enemigo; siempre estoy peleando contra mí. Esa es la rivalidad que tengo y el compromiso que tengo con la plaza y con Madrid.

    Está protagonizando una temporada verdaderamente importante. Una temporada en la que no deja de crecer: Madrid, Nimes, Bilbao, Valencia, Santander, Almería… ¿Estamos ante el mejor Ureña?

    No me gusta poner en mi boca esa típica frase de «estoy en mi mejor momento». Creo que el mejor momento es el que uno se va labrando día a día y en mi caso, ahora que estoy toreando más seguido, si es cierto que está existiendo una conexión mucho más próspera tanto con el toro como con el aficionado. Hoy sigo creciendo como torero y creo firmemente que todavía queda mucho camino para ver a ese «mejor Paco».

    El triunfo en Madrid ya llevaba tiempo rondándole. Un triunfo que se había quedado cerca muchas tardes. Imagino que llegaría a sentir alivio y alegría. La tarde de Bilbao fue impresionante por todas las emociones que desprendió y el poso histórico que dejó. ¿La mejor tarde de su carrera?

    Fue una tarde muy bonita; una tarde en la que anduve muy equilibrado mentalmente. Muy metido en la tarde. Hice el toreo que siento, ese toreo que no siempre aflora. Se vivieron momentos muy intensos y soy consciente de que ya es una tarde histórica. Pensar que fue en 1964 cuando Manuel Benítez ‘El Cordobés’ sería el último matador en conseguir cortar cuatro orejas en Bilbao me llena de orgullo. Es muy difícil, casi un milagro.

    Hablamos ahora de la campaña y es regreso al pasado. Un disparo con el que quedan retratados todos los defectos y virtudes de una instantánea. Esta técnica no deja de ser un paralelismo con el arte del toreo, en el que la improvisación y el arte es efímero pero, al mismo tiempo, eterno.

    Es la magia del momento. Al final puede que esa foto no sea perfecta, pero tiene magia. Creo que ahí reside el misterio, en la imperfección de muchas cosas. En no ser perfecto. En que todo fluya en el momento presente.

    Verdad, pureza, autenticidad, clasicismo… ¿Con qué adjetivo describiría su toreo?

    ¿Mi toreo? Siempre con el compromiso. Compromiso con el toro y con un público que paga una entrada para ver torear a Paco Ureña. Lo demás, ya lo cuentan ustedes.

    Esta Feria de Otoño ha conseguido conjugar a figuras del toreo ya consagradas con jóvenes valores que vienen arreando muy fuerte. ¿Es este otro atractivo del serial?

    A mí me gustan muchas las combinaciones de la feria. Me encantan todos los toreros que van a trenzar el paseíllo en la Feria de Otoño porque son toreros que vienen en un momento muy bueno y precedidos por triunfos muy bonitos e importantes. Una feria en la que se encontrarán, además, conceptos muy distintos y toreos que se han ganado estar en Madrid. Como aficionado, tengo ganas de verlos a todos.

  • Sebastián Ritter: «Ahora me toca a mí»

    Sebastián Ritter es un torero tenaz, marcado por el valor en sus actuaciones y porque no decirlo, un torero de Madrid según demuestran las estadísticas de su carrera. Se proclamó novillero triunfador del San Isidro de 2013 y ese mismo año tomó la alternativa en la Feria de Otoño junto a El Cid y Fandiño. En estas seis temporadas desde su doctorado solamente ha toreado nueve festejos en España y de ellos, seis, han sido en la plaza de Las Ventas. Fue el último descubrimiento de Antonio Corbacho, forjador de toreros como José Tomás y Alejandro Talavante, y ahora el colombiano vuelve a Madrid para seguir demostrando su valía y con la ilusión de que en esta ocasión su paso por Las Ventas le valga para abrirse camino.

    Única fecha que tienes por delante, un 15 de agosto en Madrid.

    Así es, es un regalo de Dios. Tengo que dar las gracias a la empresa porque ya era un sueño entrar en San Isidro y agradezco volver ahora y poder terminar lo que empecé ese día que no pude culminar por la cornada sufrida. Es una fecha soñada, soy muy admirador del maestro Paco Ojeda y el 15 de agosto está en la memoria de todos.

    Es el día que más festejos hay en España, para un torero que se queda ese día en casa será un día raro.

    Sí, la verdad que mi padre siempre me decía que el que no torea un 15 de agosto prácticamente estaba muerto taurinamente hablando. En mi caso, quitando los años de novillero, nunca he toreado un 15 de agosto y el otro día me lo recordó mi padre ilusionado de verme en esta fecha. El sacrificio hasta llegar aquí ha sido muy grande, es difícil que te repitan sin haber cortado oreja en mi anterior compromiso pero salí a darlo todo y eso Madrid sabe verlo.

    ¿Totalmente recuperado de esa cornada de 20 cm en el gemelo o te quedó alguna secuela?

    Sí, por supuesto, cuando uno dice sí a Madrid es porque me encuentro bien. Ha costado su esfuerzo y estos días previos será de preparar cuerpo y también mente. Después de una cornada surgen miedos y hay que darle la vuelta antes de llegar a la corrida.

    Qué importante es la mente.

    La mente en el toreo se necesita más que el cuerpo, lo que tengas en la cabeza es lo que sale reflejado en la plaza.

    Desde que tomaste la alternativa en 2013 tu carrera se resume en lo ocurrido en esta plaza. De los nueve festejos toreados en España en estos años, seis de ellos han sido en Las Ventas.

    Yo creo que soy un caso especial. Imagino que para todos los toreros, pero para los que venimos de fuera, Madrid lo es todo y siempre me he enfocado en Madrid, en mi cabeza no ha habido otra cosa que no sea triunfar en Las Ventas. En otras plazas si no triunfas cortando orejas no te vuelven a poner y ni con esas está seguro volver. Madrid es tan grande que las orejas pasan a un segundo plano, la sensación que das en la plaza es lo que tiene repercusión, no quiero que se me malinterprete. Cuando vas a Madrid y te entregas, eso tiene premio y te vuelven a poner. Año tras año siempre he salido de la plaza con la sensación de que me había entregado y me había ganado otra tarde. He matado diferentes encastes en esta plaza y siempre que me han llamado he ido.

    Es importante irse por el túnel de cuadrillas sabiendo que lo has dado todo. ¿Siempre ha sido así entonces?

    Sí, me preparo para eso, mi sueño ha sido Madrid y siempre me he enfocado en Madrid. Podía haber hecho mi carrera en Colombia, la gente se piensa que yo estoy en Colombia pero no, llevo diez años afincado en España con la fe y el sueño de cumplir mi objetivo. No he toreado en más sitios porque no he triunfado en Madrid pero ya llegará mi momento y el 15 es buen día para ello. Me toca devolverle a la afición y a la plaza la confianza que han depositado en mí estos años.

    ¿Cómo es esa espera de que lleguen los primeros meses del año y no tener nada a la espera de una tarde en San Isidro?

    Madrid me ha dado la vida. Esos meses son duros, el año pasado estuve en la corrida de Saltillo y lo di todo pero no sabía si iba a tener el premio de volver.

    Es un cartel que al aficionado de Las Ventas le ha gustado. No sé si sientes el aliento de la afición de Madrid.

    Este año cuando hice el paseíllo al terminar vi en la grada del 5 una pancarta que ponía «la grada del 5 con Sebastián Ritter» y yo pensé, ¿y esto qué es?… fue algo que me llamó la atención. Sí he sentido siempre el cariño de la gente y eso te da mucha fuerza a un torero como yo que no torea casi nada y no he triunfado en esa plaza. Cuando un aficionado se te acerca y te dice que están esperando con ganas a que un toro me regale cinco embestidas y pueda cuajarlo, eso te da la vida.

    ¿Has toreado algo de Martín Lorca?

    No, estuve tentando una vez allí cuando vine por primera vez como novillero y me gustó muchísimo. Casualmente días después Paco Ureña cortó una oreja en su confirmación en Madrid a un toro de la ganadería y me encantó esa tarde. Ahora me toca a mí.

  • Fernando Robleño: «Que ocurra algo que consiga emocionar a la gente»

    Fernando Robleño (Madrid, 1979) regresa a la plaza de toros de Las Ventas para trenzar el paseíllo el día de más tradición taurina en España. Esta temporada ya guarda tres actuaciones en su esportón: el 14 de abril, con toros de Victorino Martín; el 28 de mayo, ante toros de José Escolar; y el 11 de junio, día en el que trenzó el paseíllo en la monumental madrileña para lidiar el encierro de Valdellán. Robleño, confiado en que «algo bonito puede pasar», nos atiende antes de volver a respirar la exigencia de la primera plaza de toros del mundo.

    Este supondrá su cuarto compromiso de la temporada en la plaza de toros de Las Ventas. Anteriormente ya se enfrentó a las corridas de Victorino Martín, José Escolar y Valdellán. ¿Qué balance hace de su paso por la monumental madrileña?

    Creo que, sin alcanzar las metas que hubiera deseado, podemos hacer un balance importante e interesante. Cada tarde ha tenido sus cosas bonitas y también esas sensaciones que ando persiguiendo como torero. Ahora estoy muy ilusionado por volver a Madrid en una fecha tan torera como es el ‘Día de la Paloma’. A poco que me ayude un toro puedo volver a sorprender. Quiero agradecer desde aquí a la empresa su confianza porque, además, estar anunciado con una ganadería que tiene un currículum tan importante en Madrid me ilusiona. Ojalá un toro me pueda ayudar a torearlo como yo siento.

    Hasta el momento cuenta con 12 paseíllos esta temporada, los dos últimos para despachar los encierros de José Escolar en Pamplona y el de Saltillo en Ceret. ¿Cómo se enfrenta una temporada en la que sabe que cada contrato depende de estas corridas tan exigentes?

    Es difícil. Es un camino con muchas piedras en el que cada tarde es una batalla distinta. La experiencia de tantos años y el haberme podido enfrentar a lo más duro del campo bravo ayuda a asimilar la idea de que no sabes lo que te puede salir por toriles. Es inevitable que cuando has vivido tantas experiencias, cuando ya has podido lidiar corridas muy duras, toros muy buenos o toros muy difíciles, no te mosquees. La verdad es que es difícil echar una temporada completa con este tipo de ganaderías porque muchas de esas tardes el triunfo consiste en salir caminando de la plaza, aunque esto no es suficiente. No es suficiente porque no te sientes como desearías y a veces falta la motivación para volverse a levantar cada mañana para ir a entrenar. No soy un novato y conozco sobradamente las circunstancias del toreo. Ahora es cuando creo que estoy empezando a recoger el reconocimiento unánime del aficionado tras tantos años de lucha y sacrificio, en los que siempre he intentado dar la cara. Es un momento importante en mi carrera que necesita de ese aldabonazo definitivo.

    Cerca de una treintena de corridas de toros de José Escolar, 33 de Adolfo Martín y 25 más de Victorino Martín. Tantas otras de Miura, Dolores Aguirre, Cebada Gago, Cuadri… ¿Qué le viene a la cabeza cuando repasa la nómina de ganaderías que refleja su currículum?

    No suelo mirar mucho este recorrido, pero a veces, en los momentos duros y difíciles, echo la vista atrás y me siento orgulloso de ese currículum. Y es que resulta difícil mantenerte en el circuito después de este recorrido. No es sencillo mantener el interés del aficionado, y eso es lo más importante. Ser capaz de dar ese paso hacia delante, de intentar mejorar… esto es algo que el aficionado capta y para mí es lo que tiene más mérito.

    ¿Contar con la madurez que consolida 19 años de alternativa ayuda a entender y, al mismo tiempo, a asimilar el día a día de los toreros que como usted se encuentran en el circuito denominado de las ‘corridas duras’?

    ¡Qué duda cabe! Son muchas experiencias las que uno va sumando a lo largo de los años. Y así es como se aprende en la vida: luchando y tropezando en tardes aciagas. Al final te das cuenta de que amargarte no sirve para nada, y que lo que debes hacer es volver a recuperar la ilusión, volver a entrenar, volver a rebobinar las tardes bonitas. Esto es algo que tan solo la experiencia es capaz de ofrecerte.

    ¿En qué punto profesional se encuentra hoy Fernando Robleño?

    Casi todos los toreros solemos decir aquello de: «estamos en la mejor etapa de nuestra carrera profesional». Pero hoy, en mi caso, creo que lo he demostrado en el ruedo. Siento que algo bonito puede pasar, pero también es cierto que necesito que un toro me acompañe para conformar una obra bonita. Ha habido tardes en las carreras de los toreros en las que la fe también ha jugado una baza importante, por eso hay que confiar siempre.

    Unos días hasta que vuelva a enfundarse el vestido de luces para torear en Las Ventas. ¿Cómo asume el peregrinaje hasta ese momento?

    Con tensión, con ilusión, con responsabilidad, con la preparación y la mente al máximo… Cada tarde es una prueba y la vivo como si fuera la última. La tarde del 15 de agosto en Las Ventas la tengo apuntada como una tarde muy especial en la que ojalá pueda vivir los olés rotundos de Madrid. De niño tuve la suerte de presenciar tardes muy bonitas en un día como este. Tardes en las que regresaba a casa y cogía inmediatamente un capote y una muleta para emular lo que acababa de vivir en la plaza. Ojalá y Dios quiera que ahora sea yo el protagonista de esa faena. Es lo que deseo y lo que sueño: que ocurra algo que consiga emocionar a la gente.