La plaza de toros de Orduña vivió un homenaje a la tauromaquia vasca y sobre todo al idolatrado Iván Fandiño. Tras múltiples adversidades, entre ellas el viento y la lluvia se pudo dar un auténtico espectáculo para rendir pleitesÃa a una ciudad tan taurina como Orduña.
Iván Abásolo fue el más destacado, quien se encontró con el mejor lote dentro de que ambos fueron extraordinarios. Ejecutó capotazos de gran gusto y a su vez unos muletazos plenos de poder. El Dani por su parte mostró ganas, ambición y buenas ideas en la cara del toro, su tarde fue empañada por el mal uso con los aceros. Con la puerta grande de Abásolo la tauromaquia vasca resurge y deposita sus esperanzas en el torero orduñés.