Una vez más la tauromaquia muestra su lado más humano, sus valores que no son pocos. En la imagen que preside esta noticia se ve a Francisco MartÃnez, novillero mexicano que queda en suelo inconsciente, a merced del toro. Su hermano, Felipe MartÃnez, mozo de espadas del novillero, no dudó un instante en arrojarse al albero y cubrir con su propio cuerpo a su hermano, a su compañero.
Esta anécdota quedó en un final feliz ya que ni el propio novillero y ni el hermano sufrieron heridas por asta de toro. Ambos recibieron una fuerte voltereta, pero el percance no llegó a más.