Cayetano Rivera vivió una tarde a matar o morir en Pamplona. El torero basó su tauromaquia en la exposición y la entrega, cortando tres orejas y saliendo en volandas junto a El Juli.
En los últimos compases de la faena al segundo de su lote, se echó rodillas en tierra frente a los tendidos de sol. Arriesgó cuando el toro se revolvÃa, siendo cogido sin consecuencias por la espalda al rematar una tanda que alborotó los tendidos.
Tarde de reivindicación de Cayetano Rivera, que se gana con este triunfo el derecho a repetir en Pamplona el próximo curso.