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Vientos, resoplidos y bufidos

escrito por Redacción Toros 23/06/2023

Por David Ferrer

En Las Ventas, como sabemos, los vientos son pertinaces y traicioneros. Tan pronto las banderas están pegadas al asta como que te descomponen la muleta. Antiguamente se decía que los vientos trastornaban las cabezas. Y por algunos tendidos estos soplan huracanados, como tramontanas o la bora del Adriático. Pero, claro, el viento sopla según quien y según como.

En los años ochenta y noventa, a José María Dols Abellán, Manzanares en los carteles, torero exquisito, de sensibilidad muy especial, le soplaban a la contra todos los vientos. Cierto que en algunas temporadas los aires venían forzados por algunos resoplidos de los críticos: Navalón, tan agresivo, y el gran prosista Joaquín Vidal, que anunciaba la llegada del «fino torero de Alicante». Del papel a la grada, estos bufidos se convertían en gracietas o, como decían en el siglo de Oro, en un suave motejar cargado de ironía. Manzanares se sobrepuso con aquella famosa faena de los noventa. Pero no han sido pocos los toreros que han escuchado repentinos bufidos, señalamientos excesivos aunque dos años antes gozaran del favor de andanadas, gradas y tendidos.

La feria de San Isidro 2023 ha sido probablemente la más ruidosa que se recuerde. Y la más ventosa, por igual. Quizá una cosa vaya unida a la otra. Las cabezas se trastornan. Y sí, ha habido gracietas, como las de siempre: «Â¡Qué guapo eres, Manzanares» le gritó alguien a Dols Samper en medio de una faena insulsa. Pero también vientos y voces a destiempo. «Viva España» cuando el torero se perfila. Recriminarle a Castella su colocación, diez segundos antes de ser cogido. Gritarle a Morante «que te vote Txapote».  A Emilio de Justo, doliente aún, mofarse de su postura. Hay una línea finísima entre la gracia, que tiene la agudeza y arte de ingenio, que dijo un escritor como Gracián, y el insulto y la mala educación. Puedo aceptar lo primero como característico del tendido 7. Pero no los vientos huracanados, desabridos, tempestuosos, con ganas de fastidiar, que hemos vivido muchas tardes, que procedían no solo de ese tendido, seamos justos reconociéndolo. Un silencio frío y destemplado, sin vientos, es a veces el mejor de los reproches. Faltan silencio, modales y buena educación en nuestra sociedad. Y en las Ventas. Menudos bufidos.

David Ferrer

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