
Morante de la Puebla, ahora sí, rompió en olés los tendidos venteños. Faena honda y antiquísima del cigarrero que pinchó con la espada. Julián inventó dos faenas que calaron fuerte en los tendidos. La lidia al cuarto prometía mayor recompensa, pero los aceros dejaron todo en una ovación. Tomás Rufo, por su parte, topó con el peor lote de un desafortunado encierro de Alcurrucén.
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