Estamos viviendo unos momentos comprometidos en lo referente al comportamiento del público y algunos aficionados que acuden a las plazas de toros. Durante la feria de San Isidro ha sido sangrante la manera en la que se han lanzado almohadillas al ruedo, llegando el cúlmen de la insensatez al arrojar las almohadillas con el toro de Paco Ureña vivo.Â
Sin embargo, en Francia se han vivido unas imágenes del todo bochornosas. Durante este fin de semana, la localidad gala de Vic ha visto cómo se arrojaban botellas al picador Manuel José Bernal, durante el tercio de varas.Â
Una acción que no tiene cabida dentro de la tauromaquia. Un mundo que se rige por el respeto y la verdad. No se pueden consentir actitudes dantescas de este tipo, porque además de profesional taurino es persona. Ninguna falta de acierto en la ejecución justifica que se denigre a una persona que dÃa tras dÃa se juega la vida en el ruedo.Â
SerÃa prudente que estas acciones no volvieran a repetirse porque mientras nos acorralan desde fuera, muchas veces descubrimos que los mayores antis están dentro. Aquellos que acaban y marginan los valores que hacen a la tauromaquia diferente de cualquier otra manifestación cultural.Â