La encerrona de Iván Fandiño en Las Ventas cumple hoy su séptimo aniversario. Una tarde que pudo haber cambiado el signo de la historia y en la que el León de Orduña, se enfrentó al destino en el templo del toreo. Una tarde de épica y epopeya, que se fue resquebrajando a pedazos por el escaso juegos de los animales. Una tarde que ha pasado a los anales de la historia y por la que aún se escuchan suspiros en los pasillos de la plaza… continúan resonando los ecos de una tarde que a día de hoy, sigue muy viva.
La historia de Iván Fandiño es así, más allá de la cordura, de lo mal entendido como normal. Se enfrentó a su destino y el triunfo no llegó, pero mientras abandonaba el coso por su propio pie desprendía el aroma de los héroes: derrotado, pero no vencido.
Aquellos que pudimos verle, supimos y entendimos, antes o después, que lo que allí vivimos fue un auténtico acto de heroicidad, de valentía. Hoy, siete años después, continúa siendo una tarde que se recuerda entre la afición, pero ¿Sí no hubo triunfo? ¿Por qué se recuerda? Sólo los héroes tienen esa capacidad de no caer en el olvido; ni ellos ni sus mil y una batallas que curten la leyenda que les acompaña. Iván, el León de Orduña.
