Susto de los gordos el que vivió Román, en la primera cita de la gira de reconstrucción, en la lidia del cuarto toro de la tarde. El animal lo prendió hasta en dos ocasiones, siendo la segunda de ellas la más sobrecogedora; el animal le levantó de los pies y lo lanzó por los aires. Una vez en el suelo, hizo por él aunque no logró tocar carne, librándose por un milagro, pasando el pitón muy muy cerca.
El diestro se repuso sin problema y pudo continuar la lidia, sin ninguna merma fÃsica más allá del susto. Su traje, no corrió la misma suerte, viéndose los desperfectos claramente.Â