Consuegra estuvo cerca de sumarse a la nueva pandemia taurina de la «indultitis». El astado de Julio GarcÃa, cumplió en los tres tercios, un buen toro que hubiese cobrado un premio mayor al propio, sà hubiese sido indultado.Â
La nota positiva fue el rigor del presidente, atendiendo a los criterios lógicos que tantos años han primado en la tauromaquia y empezando el primer ensayo de la vacuna contra la «indultitis» taurina.Â
El suspenso fue para el ganadero Julio GarcÃa, no por el juego de sus toros que fue bueno, sà no por pedir a voces el indulto del animal desde el propio callejón. Una actitud que no refleja los valores de la tauromaquia y que desmerece la labor de la cabaña brava española.Â