Julián López «El Juli» volvió a demostrar una vez más porqué es una de la grandes figuras del panorama taurino al cortar cuatro orejas en una tarde para el recuerdo.
El primero de su lote fue un toro sin clase, con poco ritmo y entrega. El madrileño mostró disposición y buen quehacer, haciendo todo por y para el toro. Aún asÃ, el animal no terminó de romper y poco pudo hacer Julián frente al astado. Mató al animal y escuchó una fuerte ovación.
El lucimiento y las buenas formas llegaron con el segundo, un toro noble, con entrega y tempo, pero que siempre llevó la cara a media altura. Saludo capotero a la verónica que metió al público de lleno en la faena. El quite por lopecinas fue espectacular y, si alguien no habÃa conectado aún con la faena, conectó en ese mismo momento. Con la muleta apareció un Juli soberbio de principio a fin. Nada se le resistió al madrileño que cuajó al animal a base de temple, entrega y mucha mucha torerÃa. Apostó por el toro y tapó todos sus defectos logrando asà una gran faena, de gran armonÃa y lucidez. Mató de estocada corta desorejando al animal.
A pesar de tener la puerta grande asegurada salió a revienta calderas con el tercero y último de su loto. Se encontró con animal que manseaba y que pronto se rajó, aún asà «El Juli» demostró por qué es una figura del toreo, metiendo al animal en la muleta una y otra vez. Faena de técnica, autoridad, capacidad y mucha mucha confianza. Pasaportó al animal dejando un auténtico espadazo y desorejando de nuevo a su oponente.
Imagen: Aplausos