Texto: José Paulo Lima – Imágenes: Paulo Gil
La actividad de crÃa de ganado vacuno en la isla Terceira es una costumbre ancestral, forjada por la necesidad de subsistencia poco después del asentamiento, y con esplendor social en el uso de toros en las fiestas populares. Son varias las familias y personajes que se dedican y se han dedicado a esta actividad, algunos más conocidos que otros, algunos con historias más fuertes y relevantes, otros no tanto. A lo largo de los años, estos entusiastas ganaderos han sido alquimistas en la producción de lÃneas genéticas al servicio de los festejos taurinos eruditos y populares (tourada à corda) y son guardianes del medio ambiente y de los ecosistemas que caracterizan la belleza endémica de las Azores. El archipiélago de las Azores forma parte de un grupo de islas formado por Azores, Madeira, Canarias y Cabo Verde, regiones con una flora endémica similar y muy caracterÃstica. Es entre esta flora donde se desarrolla la actividad ganadera, aquà en las Azores, contribuyendo estos bovinos bravos a la preservación del ecosistema.
En las Azores existen ganaderÃas de lidia y otras que sólo se dedican al manejo del toro de Tourada à corda. Esta última forma de toreo está muy arraigada en la cultura azoriana, con arraigo y entusiasmo popular, celebrándose en el archipiélago más de 300 espectáculos anuales de este toreo popular.
Hacia la localidade, con mucha historia ganadera de Terra-Chã, en pleno municipio de Angra do HeroÃsmo en la isla taurina de Tercera, visitamos la casa de bravo de José Fernando Fagundes Silva, un proyecto familiar suis generis, con 30 vacas de vientre, y crÃas restantes que componen el número de 6 docenas de cabezas de ganado Bravo. Esta pasión familiar comenzó en 2003 con una novilla de José Daniel Nogueira y creció con sucesivas compras, con mayor o menor dificultad, a Humberto Filipe, Ezequiel Rodrigues y Rego Botelho
Fue con el traslado de todo el ganado a lo alto de Fonte Faneca, en los lÃmites de la conocida tierra agrÃcola llamada Patameiros, que las 1,5 hectáreas, adquirido a la antigua ganadera Manuela Sales Barcelos, se constituyeron como el pasto ideal para el desarrollo de esta peculiar finca ganadera con criterios definidos. Terreno pedregoso, zonas de bosques y llanuras inundables, es un lugar que agrada a los amantes de la ganaderÃa brava, ya que se respira una sensación de libertad y naturalidad. ¡El objetivo es la Tourada à corda! A dÃa de hoy, todos los machos herrados con la marca de la casa se venden a otras explotaciones de ganado bravos que los lidian por todas las Islas de Azores.
El entusiasmo por este difÃcil proyecto de ser ganadero se nota en la pasión y el cariño con el que José Fernando Silva y sus hijos cuidan a los animales y hablan de sus orÃgenes. Este sueño ganadero se perpetuará en las generaciones futuras, ya que sus hijos, Manuel João Silva y Mariana Silva, heredaron la misma pasión de su padre.
La tarde de otoño, con la luz tradicional de esta época del año, fue el telón de fondo de una tarde llena de apasionadas conversaciones en torno al ganado bravo, con imágenes que se pueden ver desde el lente de Paulo Gil.
Una hermosa tarde que fue un placer compartir con todos los lectores.