El discurso de muchos empresarios a lo largo de esta temporada ha sido las complicaciones que está experimentando el campo bravo. Un embrollo que atiende al número de animales y al trapÃo de los mismos, fruto de los recortes de camada que se hubieron de abordar fruto de la pandemia.
Unos coletazos que se han comenzado a observar a lo largo de la temporada y que está azotando con fuerza en este final de temporada. Los dos casos más sonados son los de Madrid y Zaragoza. La primera de ellas, fruto del rechazo de la corrida de Núñez del Cuvillo para el dÃa 12. La segunda, por el bochorno vivido en los corrales, dónde fueron examinados hasta 25 animales por el equipo veterinario del coso.
Un discurso que en muchos casos ha sido rechazado por la afición, que ahora comienza a vivir este problema en sus propias carnes. Sin embargo, el principal problema no reside en lo que vamos a vivir en estos últimos estertores del curso taurino. El problema va a tener lugar en la próxima temporada. 2024 va a ser el culmen de esta crisis que atraviesa el campo bravo.
Ahora, al término del año, comenzarán en la cabaña brava a reseñarse y enlotarse los animales para el próximo curso. Los ganaderos comenzarán a apartar los animales en los cercados de las fincas, a la espera de las llamadas de los empresarios y la llegada de los veedores. Será en este momento cuando seamos conscientes de sà la cantinela que han mantenido ciertos empresarios a lo largo del año, adquieren un tinte final de verdad. veremos. Por el momento, prudencia.